No nos hemos cansado de repetir una y otra vez la diferencia entre el godo y el peninsular: el peninsular es la persona que ha nacido en la Península y que ha venido a Lanzarote para trabajar, integrándose plenamente en la sociedad, asumiendo sus problemas y obligaciones y respetando la idiosincrasia del que considera su pueblo de adopción; el godo es otra persona que también ha nacido en la Península pero que viene por aquí con aires colonialistas, sin ninguna intención de integrarse en la sociedad que le da de comer y con el único deseo de extraerle todo el jugo posible en el menor tiempo sin entregar nada a cambio. Pues bien, estamos siguiéndole la pista a dos personajes de mucho cuidado que responden perfectamente a la segunda definición, el Godito y la Sefardita. Ambos, que cuentan entre los dos y tirando por lo alto con tres neuronas, van a recibir en breve una sorpresa mayúscula. Mientras esto sucede siguen medrando con el Moñiguito para intentar sacar más leche a la teta. Ignoran los pobres que la teta muy pronto -prontísimo- dejará de dar leche. Ya lo verán, y es que el tiempo, queridos amigos, coloca siempre a cada uno en su sitio, y quien a hierro mata a hierro muere.
EL GODITO Y LA SEFARDITA
28 de noviembre de 2006, 13:00