Empezamos a sospechar que el Bolchevique, íntimo del Cantinero de Cuba, está intentando hacer un equipo de fútbol. No sabemos si musical o qué, pero equipo de fútbol al fin y al cabo parece que es. Para eso, no se le ha ocurrido otra cosa que llamar a la mayoría de los contertulios que participan en las tertulias de nuestra casa. Sabemos que ha conseguido algún fichaje, gente que se ha cambiado de chaqueta sin vacilación y ha decidido que es mejor estar del lado de los que parece que tienen el barco más sólido, el equipo más potente. Sin embargo, también sabemos que hay jugadores fieles a los colores y al escudo de esta casa que están hartos de las llamadas del Bolchevique. ¿Por qué no se dedican el Bolchevique y los suyos a trabajar y dejan de tocar las narices? Un día de estos les vamos a tener que meter otro repaso. Será por supuesto en el terreno de juego, porque si quieren guerra, la van a tener. De fútbol y de batallas sabemos bastante, y les decimos que si tuvieran que apostar, no lo hagan por los mediocres que intentan fichar siempre en casa ajena, háganlo por los que tienen ideas propias y por los que han cuidado siempre la cantera.
