Sorpresa se habrán llevado algunos al ver la publicidad que sacó Crónicas en su edición del sábado (perdón por el pequeño error de imprenta) y que va a seguir sacando en los próximos días. Ese es el potencial de una empresa local que genera numerosos puestos de trabajo, ese es el potencial a medias, porque nos faltaba gente que por desgracia no ha podido salir en esa para nosotros importante foto. Parece que fue ayer. Tal vez porque no hemos tenido un solo segundo de respiro. Nos referimos a esos dos años que llevamos con ustedes. Años llenos de sobresaltos, de incertidumbres, de esfuerzos comunes, y, sobre todo, de mucho trabajo. También de mucha ilusión, porque para empezar cualquier proyecto de cero hace falta mucha ilusión y muchas ganas. Con nosotros están los mejores profesionales del periodismo en Lanzarote (estamos convencidos de ello), alguno de los cuales, premiados por sus brillantes trayectorias, están ahora en otros medios. Para ellos también irán todas las menciones y reconocimientos a partir de ahora. Y los vamos a hacer, porque estamos muy contentos de haber llegado hasta aquí, a pesar de los muchos pesares, a pesar de las constantes zancadillas, de los intentos velados y sin velar de asfixiarnos. No lo han conseguido, y aquí seguimos, intentando, dentro de nuestras humildes posibilidades, ofrecer a nuestra audiencia un producto digno. Hablando de audiencia, nos cuesta creer que existan en el mundo seres capaces de reírse de la audiencia que tienen los demás. A nosotros jamás se nos ocurriría hacer algo así. Nos parecen tan respetables los medios a los que les siguen tres personas que a los que les siguen seis mil. Está claro que no todo el mundo piensa igual. Nos da lo mismo, lo importante es lo que hemos conseguido, esos dos años de consolidación, esos dos años de pensar en el mañana y de creer en el futuro. Nosotros creemos, y tenemos para ello un referente, que no es otro que el decano de la prensa insular, Agustín Acosta. Algunos también lo han querido enterrar, y les aseguramos, porque lo sabemos, que lo tienen bastante complicado. Está mejor que nunca. Sólo hay que escucharle por las mañanas, ahora que ha recuperado la voz que perdió en un vuelo de Binter. Gracias, Lanzarote, gracias de corazón.
