martes. 06.05.2025

Estamos cansados de tenernos que ocupar de determinados personajillos, que como no dan un palo al agua se dedican todo el día a intentar enredar la vida de los demás, tal vez porque la suya es tan interesante como la de un caracol. Nos referimos a Doña Pepa y al Sefardita Denunciador, que últimamente están que trinan, que trinan y que echan humo por las orejas. Su único deseo parece que es el de amenazar con denunciar, aunque, como ya dijo en su día un inteligente letrado, las querellas no se anuncian, se ponen. Todo lo que no pueden dominar con su falta de criterio lo quieren destruir, y así les va. Pero les falta inteligencia, razón y, permítannos decirlo, cojones, para llevar a efecto sus múltiples amenazas, de las que por cierto la gente empieza a estar bastante cansada. Chiquito dúo este. Con lo bien que estarían de vacaciones eternas en Cabo Verde, dando la brasa a los caboverdianos. Bueno, pobres, tampoco lo merecen. Sólo nos faltaba, para rematar el cúmulo de despropósitos, que se una a la fiesta el de Mónaco. Entonces tenemos todos que emigrar al Senegal, sobre todo nosotros, porque estamos hartos de tanta tontería y estupidez concentrada. Qué gente, Dios, qué gente...

DOÑA PEPA Y EL SEFARDITA DENUNCIADOR
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