Nos cuentan las lenguas de doble filo que Doña Mela Polo lleva tanto tiempo en la China Popular que está pensando en cambiar de nombre. Ahora parece que le gusta que la llamen Mela “Cha”-“Con”, que es la traducción libre que ha hecho ella de sus reminiscencias conejeras. Nos sigue sorprendiendo que nadie se moleste en informar a la población de Lanzarote de la visita de nuestra presidenta a China. Y no lo decimos en broma. Lo decimos absolutamente en serio. No hay que olvidar que su viaje tiene carácter oficial, y, por tanto, tiene la obligación de informar de cuantas actividades realice allí representando a todos los lanzaroteños. Si el viaje fuera privado, si fuera un viaje de placer pagado de su bolsillo, no diríamos ni pío, seríamos los primeros en preservar la intimidad de Doña Manuela (o Mela). Pero no es así. Por eso estamos un poco asombrados ante la actitud informativa de aquellos que nos deberían estar dando cuenta de cómo va la cosa. Con las tecnologías que tenemos ahora a nuestro alcance no habría sido nada difícil tener una crónica diaria de cada jornada de “trabajo”, incluyendo un estupendo álbum fotográfico de la misma. Otro gallo nos habría cantado si Doña Rita Martín fuera la presidenta. Tendríamos crónica y fotos para aburrir. Pero tampoco se trata de eso, tampoco queremos que nos inunden la redacción con imágenes de Doña Manuela (o Mela) haciendo turismo volcánico. Eso sí, no habría estado mal una pequeña notita.
