Mucha gente nos preguntaba ayer por el paradero de Doña Manuela, creemos que todavía presidenta del Cabildo de Lanzarote. No se entendía muy bien que no estuviera presente, apoyando y respaldando a Doña Plácida, en la presentación del Plan de Viabilidad y Modernización de Inalsa. Como no tenemos conocimiento de sus movimientos y de su ajetreada agenda, ni lo queremos tener, no podemos decirles qué hacía ayer a esa hora. Suponemos que tendría cosas más interesantes que hacer. O suponemos que a lo mejor no le apetecía a Doña Manuela comparecer ante los medios para que nadie le preguntara por la extraña (decimos “extraña” por calificarlo de forma suave) liberación del secretario general de UGT, el señor César Reyes. Tenemos que recordar una vez más que esta liberación se produjo a instancias de la presidenta. Por cierto, ¿tendrá algo que ver este asunto con las tensiones que se produjeron entre los socios de gobierno antes del encuentro del Consejo de Administración, tendrá algo que ver con el enfado que tenía Fabián Martín? Menos mal que a la rueda de prensa acudió raudo y veloz el salvador de la patria, Don Carlos Espino, que nos explicó a todos, porque a veces parecemos bobos, el porqué de la liberación. Según Don Carlos, todo tiene que ver con la paz y el consenso social, con facilitar el diálogo con los agentes sociales. ¡Manda huevos, que diría Trillo! También parece que quieren dar la misma oportunidad al resto de sindicalistas de la empresa: si consiguen llegar a la máxima representación de sus sindicatos, de Intersindical y de Comisiones Obreras, les liberan como a Reyes; vamos, una especie de premio. ¡Manda huevos otra vez!
