Y claro, entre los programas de televisión, los foros de opinión en Internet y las cartas filosoficopolíticas, nuestra presidenta del Cabildo apenas tiene tiempo para dedicárselo al día a día. De ahí, como adelantaba este diario durante el fin de semana, que se enterara por la prensa, como en su día lo hacía su “compañero” Felipe González, de lo que estaba pasando en Inalsa. Parece una tomadura de pelo para la inteligencia de la ciudadanía que toda una presidenta del Cabildo, que es además presidenta del Consorcio del Agua y presidenta del Consejo de Administración de la empresa, tenga la desfachatez de decir públicamente que no sabía nada de la mala situación de Inalsa. Y no lo contamos nosotros, que podemos ser tachados por el sector “espinista” de poco objetivos, lo dicen los trabajadores que atónitos escucharon a Doña Manuela reprender a Doña Plácida Guerra y anunciar que va a tomar “medidas drásticas”. ¿A qué medidas drásticas se refiere nuestra presidenta, se va a atrever a destituir a la mujer que ahora quiere arrojar a los pies de los caballos? Es lamentable, triste y penoso lo que está pasando en la principal institución de Lanzarote, mucho más lo que pasa con una presidenta que admite públicamente que no se entera de nada, que no sabe lo que tiene entre manos. Estén muy atentos a lo que pasa en los próximos días, porque la cuerda se tensa cada vez más. Mientras, nos tendremos que entretener con otra perorata de la presidenta sobre la sostenibilidad de lo insostenible. Por cierto, ¿qué pasa con los trabajadores de los Centros Turísticos, allí no hay Comité de Empresa o es que no están preocupados con el alarmante panorama que dibuja la oposición del Cabildo sobre su principal motor económico?
