Cuando alguien amenaza con dimitir, lo lógico, es que conjugue, de verdad, el verbo para hacerlo carne. Amagar, mamar y encubrirse con otros “piojitos” es algo que no mola porque son prácticas sucias y por tales desechables.... Dicen que Don José Parrilla hizo amagos para dimitir y que un grupo de allegados le arroparon y, ya ven, se fue, cosa absolutamente legítima, a Cabo Verde. Otro que haría un bien a la colectividad es Don Francisquito, el nuestro, que de repente para “capear” el temporal que se le viene encima se manda a mudar a la Patagonia sin fecha de retorno. No les digo a dónde tendría que ir a parar el “pito” - (que no el de Pepito el Grillo) porque le encontraríamos en el terrenal paraíso reprendiendo enérgicamente compañero al de Eva que para eso es una auténtica fiera, bueno para eso y para hacer ejercicios virulentos de mamandurria.
¿Dimitir?... Que lo hagan los otros
29 de junio de 2006, 15:43