jueves. 28.03.2024

Y DICEN QUE PAULINO SE MUEVE MÁS QUE LOS PRECIOS

El ex presidente de casi todo en Canarias está cada vez más cerca de llegar a un acuerdo con Román Rodríguez para ser la pata de Nueva Canarias en Tenerife. Mientras, su mayor defensor en Lanzarote, José Torres Stinga, parece que se ha recuperado del palo que le dio el electorado en Haría y vuelve con fuerza para intentar dirigir la formación en la isla a partir de mayo

Paulino Rivero ha sido todo en la política canaria. Un hombre hecho a sí mismo que empezó siendo alcalde de un modesto pueblo como es El Sauzal, que pasó por Madrid con más gloria que pena llegando a presidir la Comisión de Investigación de los Atentados del 11-M y que terminó controlando hasta el último detalle de la Comunidad Autónoma que conoce palmo a palmo. También lo fue todo dentro de Coalición Canaria (CC); como hombre inteligente y habilidoso que es, supo estar en el sitio adecuado en el momento adecuado, y progresar orgánicamente sabiendo que el progreso en lo orgánico le garantizaba como a tantos otros el progreso en lo público.

Todo terminó eso sí cuando en septiembre de 2014 perdió en la polémica reunión del Consejo Político Nacional de Coalición contra el pronóstico de aquellos que tenía alrededor y que no trabajaron y no supieron ver por dónde iban los tiros y contra su propio pronóstico. Si pensara que iba a perder, alguien como él jamás se habría presentado. Paulino quería repetir como candidato a la presidencia del Gobierno autonómico, y estuvo a punto de conseguirlo. Y no lo hizo porque le derrotó un casi desconocido Fernando Clavijo –hijo como él de los orígenes de la coalición a través de la Agrupación Tinerfeña de Independientes (ATI)-, y no lo hizo sobre todo porque por primera vez en su vida no midió bien los pasos que estaba dando. Los otros trabajaron más y mejor.

Desde entonces algunos creen que Rivero se ha dedicado a vivir como uno de tantos jubilados de élite que hay en este país. Se equivocan. El maestro de El Sauzal, como saben los que sí que le conocen, se ha movido, se mueve y se seguirá moviendo. Es un hombre que vive por y para la política, que no ha hecho otra cosa en los últimos treinta años.

En Coalición son conscientes de que no está con ellos. En lugar de asumir la derrota como lo han hecho otros –el ejemplo más claro es el de José Miguel Barragán, su hombre de confianza al que Clavijo y su gente de forma inteligente mantuvieron en el puesto y del que se habla incluso como alternativa a ser secretario general si no es finalmente uno de los que suena, el que con más fuerza lo hace ahora el casi desconocido Pablo Rodríguez-, se dedicó a tocar las narices a su antigua formación. El momento más sonado fue cuando de pronto formó alianza con Román Rodríguez para ir en contra de una medida que él mismo había desarrollado, la polémica Ley del Suelo. No es que Paulino se haya vuelto un amante de la naturaleza, o como a tantas personas de su edad le haya dado por el ecologismo trasnochado… lo que le pasa es lo que le ha pasado a tantos y tantos políticos que se resisten a la jubilación anticipada. Tiene ganas de dar guerra, y, por qué no decirlo, de fastidiar a aquellos que entiende que no supieron darle una salida digna del partido que había contribuido a crear. Un José María Aznar pero en versión canaria.

Para no aburrir a nadie con lo mucho que se podría explicar de los dos últimos años, diremos que desde que fue apartado de la primera línea de fuego Paulino Rivero no ha parado. Y aunque el pasado mes de noviembre Román Rodríguez negó en el programa “A buena hora” de Crónicas Radio-COPE Lanzarote que tuviera intención de fichar a su antiguo compañero de partido para el proyecto de Nueva Canarias (NC), la verdad que verdadea es que tanto él como los suyos, especialmente Carmelo Ramírez –el hombre de las interioridades varias de esa formación-, se mueren de ganas de poder anunciar el fichaje. Y hablamos de fichaje porque consideran que Paulino Rivero sería una incorporación del carajo para conseguir que NC salga de una vez de Gran Canaria, y se establezca de forma contundente en Tenerife. Teniendo una pata fuerte en la isla picuda, Román y los suyos creen que podrían plantarle cara a Coalición, y hacerle más daño del que le hicieron en las últimas elecciones locales y autonómicas, que no fue mucho.

Por eso esperan como agua de mayo que Paulino y la gente que controla en Tenerife den el paso y se incorporen. ¿A qué espera Paulino? A que se den las circunstancias adecuadas. Después del batacazo en Coalición, no quiere más tropiezos. Mientras, en NC tampoco han parado, y están tratando de ir sumando gente isla por isla.

El caso de Lanzarote

En el caso de Lanzarote el tema se ha complicado por momentos. Tras el evidente fracaso electoral en sitios como Arrecife, pocos esperaban que un hombre en el que se había depositado tanta confianza como Alejandro Díaz abandonara el barco a las primeras de cambio. Dejó la presidencia, y tras él abandonó también la vicepresidencia otro de los hombres fuertes, el portavoz en Tías, Mame Fernández. Por si no fuera suficiente, el conflicto entre el secretario de Organización, Armando Santana, y el portavoz en el Cabildo, Juan Manuel Sosa, ha sido en estos dos años como los ojos del Guadiana, apareciendo y desapareciendo por circunstancias variopintas. Así, la cosa ha ido de mal en peor.

Sin embargo, nos consta que están trabajando para que la situación vuelva a cambiar, de cara a un nuevo congreso insular que se podría celebrar a finales de mayo. Desde entonces, como tiene que hacer un partido que aspire a crecer, están intentando que aumente poco a poco la militancia. No lo tienen fácil, especialmente porque Coalición tiene muchísimo peso en Lanzarote, y porque NC como tal no gobierna en ninguna institución.

Deben por tanto arreglar como cuestión prioritaria la integración del proyecto de Gladys Acuña y su Unidos por Yaiza (UpY), cosa que no parece imposible teniendo en cuenta las buenas relaciones que tienen ahora a través de su vínculo en el Parlamento, el enfrentamiento de la alcaldesa sureña con el presidente del Cabildo, Pedro San Ginés, a cuenta entre otros asuntos del polémico tendido de Red Eléctrica, y el hecho de que el grupo escindido del Partido de Independientes de Lanzarote (PIL) y liderado por Laureano Álvarez se adelantara creando Unidos por Lanzarote (UpL). Es decir, que si después de las últimas elecciones locales parecía que Acuña y los suyos iban a volar por libre, ahora la cosa no está tan clara. Si a eso pudieran sumar además a la gente del nuevo PIL, cuestión sobre la que imaginamos que estarán trabajando, el futuro iría cogiendo cuerpo.

Sabemos, porque lo sabemos, que a la formación que preside Román Rodríguez le encantaría dar la campanada con un fichaje estrella en Lanzarote. Si es fastidiando a Coalición, mejor que mejor. Ese no sería otro que el alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort, la pieza más cotizada por el nacionalismo en las Islas. Su forma de hacer política y su éxito entre la ciudadanía se conoce también fuera de las fronteras insulares. Por eso el que otros ven como el candidato ideal para liderar la próxima lista de CC al Cabildo insular, el que algunos de sus compañeros ven también como un incordio, ha recibido múltiples llamadas y alguna que otra oferta, casi todas informales. ¿Le habrá llamado para reunirse con él Carmelo Ramírez, lo habrá conseguido? Imaginamos que sí. Ahora, mucho nos tememos que entre los planes del alcalde no está el cambiar de acera política, aunque sea de un modelo de nacionalismo a otro.

Mientras todo esto sucede, la gran noticia del momento es sin duda la resurrección en el mundo de los cadáveres políticos del ex alcalde de Haría José Torres Stinga. Y no lo hace como un zombi de esos que pululan por tantos y tantos canales de la tele actual. Lo hace con todas las de la ley, porque nos cuentan que el hombre se ha recuperado ya del sopapo electoral que le dieron en su municipio y que se ha puesto las pilas.

Es más, según explican los que saben de su vida, Pepe Torres ya se está reuniendo con juana y con su hermana, y está dispuesto a completar el trabajo que dejó a medias cuando no consiguió siquiera el acta de consejero del Cabildo que le habría permitido estar en permanente contacto y en pleito continuo con su archienemigo Pedro San Ginés. De ahí que no nos extrañe que vuelvan las presiones sobre el paciente doctor Sosa, porque si acaban aburriéndolo, Torres Stinga entraría en el Cabildo, que es algo que le gustaría a él y le gustaría más todavía a la gente de NC.

Pepe Torres está de vuelta. Es un hecho, y su vuelta está en NC, no en la Plataforma del Municipio de Haría. Y si Torres Stinga vuelve, y vuelve incluso para ser el líder del proyecto de Román Rodríguez en Lanzarote, es más que probable que se postule como candidato a presidir el partido en la Isla en el congreso de mayo. Y si Torres Stinga está de vuelta y se integra plenamente en NC, ¿qué cree el despierto lector que va a hacer su amigo Paulino Rivero? Exacto.

Y DICEN QUE PAULINO SE MUEVE MÁS QUE LOS PRECIOS
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