Nos dicen, nos comentan las malas lenguas, las de doble filo, que celosamente guardado en un cofre descansa en la paz de lo injusto un “tocho” de complicidades perversas que puede, si se desvela -(estamos tras la pista)- tirar definitivamente de la máscara que cubre el rostro, ahora poco menos que angelical, de un indecente vergonzoso. Bueno, no es solo del beato público de quien se habla sino que también de la “ardilla” iletrada y perversa. Es difícil seducir a la dama que atesora esta información pero no vamos a ceder en el empeño porque somos constantes y por ello casi puedo decirles que pronto verá la luz pública un entramado empresarial y de filiales societarias de auténtico escándalo.
Por otra parte la “sociedad” integrada por el “Pallo”, el “Pintinilla”, el hermanísimo del “barrilete” y la “ladilla” parece que hace aguas por todas partes porque un “pataleta” especulador se ha enterado del amasijo que tenían los primeros y ahora pide, mejor demanda sin miramientos, una recompensa gloriosa o tira de la manta. Esto suele suceder cuando algunos van por ahí presumiendo de listorros y desvelan secretos de alcoba.... Malo lo de la cama y lo del camasutra si hace público porque ponen de manifiesto determinadas prácticas que sonrojarían al más depravado.
