Como en esta sección solemos enterarnos de todo -o de casi todo-, estamos en condiciones de contarles una curiosa historia que se produjo el pasado viernes. El lugar era una céntrica cafetería de Arrecife, pegadita a la Plazuela, donde Román Cabrera, padre de Nuria Cabrera y suegro de Miguel Ángel Leal tiene su particular despacho. Allí apareció a tomar café nada menos que el ex ministro de Justicia y candidato a la presidencia del Gobierno regional por el Partido Socialista Canario (PSC), Juan Fernando López Aguilar. Aunque el bueno de Román no era muy partidario de ir a saludarle (todavía le dura el cabreo por lo que le han hecho a Miguel Ángel), la intervención de dos jóvenes policías nacionales que estaban allí propició el encuentro. El caso es que el candidato saludó a Román (nos cuentan que con la mano floja), y ambos intercambiaron una serie de palabras. Bueno, más que ambos, fue Román el que habló. ¿Qué le dijo? En primer lugar, le recordó que ya habían tenido oportunidad de hablar antes, en un acto que se celebró en la Sociedad Democracia. Luego le dijo, sin anestesia ni nada, que tuviera cuidado con “los traidores” que tenía en las filas del partido en Lanzarote, con gente que Román Cabrera entiende que le clavan a uno una puñalada en la espalda a las primeras de cambio. Según la versión oficial, luego le dijo que era el padre de Nuria Cabrera y suegro de Miguel Ángel, momento en el que le cambió la cara a López Aguilar. El candidato le dijo que las cosas no son lo que parecen, y que tenía muchas ganas de hablar con Nuria, alguien a quien conoce porque es y sigue siendo miembro de la Federal del partido. Mucho nos tememos que tendrá que esperar sentado si quiere que sea Nuria la que dé el primer paso.
