El “conejito” temeroso pastó a sus anchas y también a sus largas durante muchos lustros. Creyó el temeroso y confiado cuadrúpedo que se estaba labrando una fortaleza inexpugnable y no, no fue así porque los cimientos eran frágiles y fragilones. Confíó en los roedores y estos le están demoliendo su fortaleza hasta el punto de que ya se están alejando de su lado porque entienden que apesta a cadáver en descomposición. Lo malo de esta situación es que el “conejito” se ha vuelto ciego -(no quiere ver la realidad “traidora”)- sordo y hasta tonto. Menos mal que el “chocolatito” le tiende, de tarde en tarde, una manita aunque, todo hay que decirlo, tampoco este tiene muchos recursos por cuanto está en horas bajas como consecuencia de sus inconsecuencias. Claro que siempre pueden tener a mano al plateado que si que es un artista consumado en aquello de las simulaciones más dispares y disparatadas. De cualquier manera no nos extrañaría ver, más pronto que tarde, al temeroso en un caldero presto a ser “comido” por los depredadores carnívoros que le circundan. Tiempo al tiempo, esperemos que el tiempo no sea desapacible.
El “conejito” temeroso solo
2 de noviembre de 2006, 11:40