Este martes, sobre las 22.00 horas, los funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía adscritos a la Brigada Provincial de Policía Judicial de Las Palmas y de la Brigada Local de Policía Judicial de la Comisaría de Telde procedieron a la detención del presunto autor del intento de secuestro de una menor el pasado día 4 de enero en el barrio de La Garita, de la localidad de Telde, en Gran Canaria. Dado el carácter secreto de las actuaciones y que se continúa con las investigaciones, desde la Policía Nacional no se facilitan más datos. El detenido se encuentra en las dependencias de la Jefatura Superior de Policía de Canarias, a disposición del Juzgado de Instrucción Número Dos de Telde. Esto, que en sí es una gran noticia de la que hablaba todo el mundo este miércoles, que supone una formidable actuación policial si finalmente se juzga a este sujeto y se demuestra que era el culpable del vil intento de rapto, reabre nuevamente el debate sobre lo que está sucediendo en Lanzarote.
Y es que, curiosamente -quédense con este dato que es importante-, al frente de la Comisaría de Telde se encuentra un viejo conocido de esta tierra, Raimundo Villanueva, un policía ejemplar que dejó una honda huella en esta tierra y que fue trasladado a Gran Canaria no por incompetente, no por falta de eficacia, simplemente por decir y contar las cosas como son. En Telde tienen la suerte de contar con él, de contar con el servicio de un profesional que conoce su oficio, que en casos como este actúa, y actúa rápido.
El delegado del Gobierno en Canarias, José Segura, hablaba de este caso y felicitaba a la Policía por su actuación, dejando claro además que es una operación delicada en la que pueden estar involucradas más personas. ¿Felicitaría igual José Segura a los agentes que operan en Lanzarote? Pues creemos que no.
En Lanzarote no tenemos la suerte que sí parecen tener en Gran Canaria y en Tenerife. Recuerden la reciente detención del búlgaro que se escapó y que ahora está detenido por ser el presunto autor del asesinato de su compañera sentimental, o la del joven que fue detenido en Tenerife horas después de que se encontrara el cadáver de una joven que se daba por desaparecida. ¿Tenemos mala suerte en Lanzarote o es que la Policía trabaja aquí de diferente forma?
Lo hemos expuesto en infinidad de ocasiones, pero ha sido como pregonar en el desierto. Insistimos, no parece tan difícil, no parece tan complicado que todos nuestros representantes públicos en la Isla se olviden del color político al que representan y trabajen de forma conjunta para trasladar a Madrid una señal de socorro, una petición de auxilio que tiene que llegar lo antes posible. No puede haber tantos crímenes sin castigo.
Son demasiadas las muertes que se han producido de forma violenta en muy poco tiempo, y pocos los datos que se conocen al respecto. Ni una detención. Un territorio tan pequeño como Lanzarote no puede ni debe soportar algo así, porque estadísticamente no sucede en otros rincones similares de la geografía española. ¿Por qué sí en Lanzarote, qué está sucediendo? Son muchas dudas y muchas incertidumbres que alguien debería resolver, empezando por hablar de nuestro sistema de seguridad y vigilancia, de la eficacia de nuestros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.