lunes. 12.05.2025

Una vez confirmado lo que todo el mundo sabía en Canarias que estaba hecho, el pacto entre Coalición Canaria (CC) y Partido Popular (PP), llega la hora de los grandes debates. Y no nos estamos refiriendo al reparto de consejerías, viceconsejerías y direcciones generales. Nos referimos a los grandes temas que se tienen que abordar en los próximos cuatro años para no perder el tiempo. Uno de ellos, tal vez uno de los más importantes, fue sacado por los nacionalistas durante la campaña electoral y fue tratado en las reuniones con los populares: el tema del control del crecimiento poblacional y el incentivo para la contratación de mano de obra residente.

A estas alturas más o menos todo el mundo sabe el revuelo que se organizó en las Islas después de que el por entonces candidato de CC a la presidencia del Gobierno regional, Paulino Rivero, anunciara en Madrid que iba a articular una serie de medidas si llegaba a ser presidente para frenar la constante llegada de personas a Canarias.

Aunque en ningún momento habló de ley de residencia, sí que subrayó la importancia que tiene en un lugar tan frágil, limitado y amenazado como es Canarias buscar el equilibrio entre población y territorio. Para ello, como ya adelantó este diario, puso ejemplos de lo que ha pasado en los últimos 20 años en islas como Lanzarote y Fuerteventura, donde se ha duplicado la población, o donde, por ejemplo, ocurre que hay lugares en los que la gente nacida allí apenas supera el 30 por ciento. Además, se comprometió a que si después del 27 de mayo se convertía en el presidente de todos los canarios una de las primeras cosas que haría sería contactar con el Gobierno de España y con Europa para que colaboren en la búsqueda de las medidas que posibiliten el control, concretando medidas que pondrá en marcha mientras todo esto sucede como coger a 6.000 jóvenes residentes en las islas para prepararlos y formarlos en la gestión de la innovación tecnológica, subvencionar la construcción de viviendas para la gente de las islas que se quiera desplazar a trabajar a lugares como Lanzarote o Fuerteventura para que se desatasque la actual apatía en la movilidad laboral o modificar las medidas de control del crecimiento alojativo (la moratoria) para la creación de proyectos excepcionales, integradores y de calidad en los que se contrate a gente residente en Canarias.

Toda esta importante propuesta preelectoral no sólo ha tenido una contestación fuerte por parte del resto de partidos, que han acusado a Rivero de electoralista, sino que ha encontrado rechazo en políticos de CC como José Carlos Mauricio. Por suerte para los que como este medio creemos en que no es ningún disparate entablar un diálogo abierto sobre este importante asunto, gente como Mauricio ya ha sido apartada de cualquier posible decisión al respecto.

Sin entrar en el fondo de la cuestión, reconociendo que hay aspectos que son bastante discutibles en la articulación de la medida, lo cierto es que no es nuevo lo que ha hecho Paulino Rivero, no es la primera vez que se habla abiertamente sobre la necesidad de controlar el crecimiento poblacional en las Islas. De hecho, habría que recordar que hace dos legislaturas, bajo el mandato del ahora presidente de Nueva Canaria, Román Rodríguez, se creó una comisión para estudiar este importante asunto, comisión que ofreció unas conclusiones que finalmente no han servido para mucho.

Tampoco hay que olvidar que todos los partidos políticos estuvieron de acuerdo entonces en estudiar el asunto, cada uno con sus matices, como hay que recordar que personas del prestigio del ex fiscal general del Estado Eligio Hernández han planteado el asunto y han señalado el hecho de que el propio Estatuto de Autonomía de Canarias recoge esta cuestión. De todos modos, es lógico que acusen a Rivero de buscar el impacto social con el anuncio de su medida, de ganarse algunos adeptos, puesto que en los últimos cuatro años de gobierno de CC el asunto se dejó absolutamente aparcado. Habrá que esperar al resultado de las elecciones, comprobar si finalmente gobierna CC si estas medidas anunciadas en Madrid se aplican en las Islas.

El pacto cerrado, llegan los debates de fondo
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