sábado. 07.06.2025

Con la llegada del calor algunos políticos de las Islas se recalientan tanto la cabeza que dicen cosas que realmente es imposible que quieran decir. De lo contrario habría que pensar que en realidad no están donde están por méritos propios. Una cosa es atacar al adversario con frases más o menos incendiarias, y otra muy distinta es llegar a la chabacanería. Es lo que le pasó este lunes al portavoz del Partido Popular (PP) en el Parlamento autonómico, Jorge Rodríguez, quien no tuvo otra forma de expresar el disgusto que tiene su formación con el Partido Socialista Canario (PSC) por haber llegado a un acuerdo con Coalición Canaria (CC) para la reforma del Estatuto de Autonomía que deja fuera en la presente legislatura el polémico asunto de la lista regional que comparándolo con la acción que suele ser imprescindible para que un hombre y una mujer practiquen sexo. En concreto, y para que nadie crea que los periodistas tergiversan lo que dicen los políticos -es algo que se suele hacer mucho, matar al mensajero cuando se mete la pata-, lo que dijo Rodríguez fue que “el PSC al final cedió, se abrió de piernas, se bajó los pantalones y consiguió reducir sus exigencias a las pretensiones de CC”. Desde luego, se nos ocurren muchas formas inteligentes que podría haber empleado Jorge Rodríguez para expresar el sentir de su partido. Si quería hablar mal de los socialistas, si quería decir que se han plegado a los intereses de los nacionalistas, bastaba con que dijera que “han renunciado a sus principios”; “han cambiado de opinión a última hora”; “han dado marcha atrás en su idea”; “se han entregado”; y hasta un “se han cambiado de chaqueta por mantener un pacto”.

Lo de “abrirse de piernas” es una salida de tono que no se puede permitir dentro de un marco político moderno y moderado como es el español, donde la sociedad a la que representan los cargos públicos y electos exige un comportamiento a la altura de las circunstancias.

Suponemos, si es que no se ha hecho ya mientras se redacta este artículo editorial, que en el PP habrán enviado la rectificación correspondiente, imaginamos que después de la lógica reprimenda a su lenguaraz portavoz. Hay que recordar que el PP es un partido de centro-derecha, y como tal, cercano a los mandatos de la Iglesia Católica. No parece que en la Iglesia estén por la labor de permitir exabruptos de este calado.

En el PSC, sin embargo, están siendo más inteligentes, y están sabiendo rentabilizar lo que sin duda alguna supone un buen acuerdo, no sólo por la bajada de los inexplicables topes electorales que había en el Archipiélago, sino por el aumento de competencias que puede asumir la Comunidad Autónoma si las Cortes Generales dan el visto bueno al texto que emane de las Islas. Como primera medida inteligente, nada más comenzar la semana, ya se han ofrecido a formar “causa común” para defender la propuesta de los “recelos” previstos en Madrid. Santiago Pérez aseguró este lunes que las reticencias de sus dirigentes federales se centran en “temas competenciales” y dijo que, frente a ellas, “vamos a hacer nuestra esta propuesta”. Es decir, que los socialistas canarios, que conocen los problemas que ya se plantean en Ferraz para dar el sí definitivo a este estatuto, saben vender al menos su apuesta por hacer todo lo posible para que la situación cambie, cosa por otro lado harto compleja.

Entre las pegas técnicas que ponen en Madrid, está nada menos que la inclusión del mar interior en el territorio canario, el veto autonómico a cualquier reforma del Régimen Económico y Fiscal (REF) o la toma de decisiones conjunta en competencias exclusivas.

Parecen dos formas absolutamente distintas de abordar un asunto trascendental para los intereses de una Comunidad tan necesitada de ayuda como es esta. En lugar de hablar de “apertura de piernas”, los socialistas plantean diálogo y apuesta por un frente común. En lugar de cerrarse en banda con el tema de la lista regional (parece que es la única forma que ven los populares de desbancar a CC), se acepta la posibilidad de incluirla de cara a próximas legislaturas, en lugar de negar su voto a una lógica bajada de los irracionales topes electorales, se cierra un acuerdo que determina el fin de una dictadura que dejaba fuera de la Cámara autonómica a muchas voces y a muchos votos.

Hay muchas formas de ver la política, muchas formas de ponerla en práctica, pero ante todo debe prevalecer el sentido común y la lógica, y no parece ni de sentido común ni lógico el planteamiento actual del PP. Están a tiempo de cambiar y de sumarse al acuerdo actual, si es que no prefieren seguir diciendo lindezas como la pronunciada este lunes por su portavoz parlamentario.

Desafortunadas manifestaciones
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