jueves. 15.05.2025

La verdad es que en este país llamado España y en esta Comunidad llamada Canarias la crítica fácil y sencilla funciona a las mil maravillas. Nos cuesta mucho menos poner verde al vecino que alabar cualquier cosa que haga, cualquier cosa que haga bien, se entiende. Algo más o menos así está sucediendo estos días con la llegada del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y su familia a Lanzarote, lugar que han escogido por segundo año consecutivo para pasar las vacaciones.

El año pasado ya se explicó por activa y por pasiva que el presidente socialista había escogido Lanzarote por varias razones: la primera, para desmarcarse del habitual y casi obligado paso por Baleares, lugar en el que últimamente estaba veraneando el anterior presidente, José María Aznar, invitado por algún amigo empresario; la segunda, para evitar precisamente que ningún empresario se tuviera que ver en la “obligación” de acarrear el tremendo gasto que supone la estancia de un presidente de Gobierno y su séquito en cualquier lugar; la tercera, y teniendo en cuenta que para no ser invitado por ningún empresario tendría que ir a un alojamiento que sea patrimonio del Estado, sólo Lanzarote y el Parque de Doñana reunían estas condiciones; la cuarta, que Zapatero tiene una especial relación con Canarias, desde que le dio suerte tanto de cara a su elección como secretario general del Partido Socialista (PSOE) como en su carrera hacia la presidencia del Gobierno... Es obvio que existen quintas y sextas razones, pero no hace falta enumerarlas.

Que José Luis Rodríguez Zapatero se fijara en Lanzarote para pasar sus vacaciones es una magnífica noticia para Lanzarote en particular y para Canarias en general. Que el presidente de un Gobierno decida descansar aquí significa, sobre todo cuando repite por segundo año consecutivo, que Lanzarote es un destino turístico apetecible, un lugar tranquilo en el que además de descansar se pueden hacer muchas otras cosas. Lógicamente, a competidores nacionales como Baleares no les hará demasiada gracia, como no le hará demasiada gracia a competidores internacionales como Egipto, el Caribe o Marruecos. A los que nos tiene que hacer mucha gracia es a los de aquí, a los que vivimos en Canarias, porque se trata, insistimos una vez más, de una publicidad gratuita tremenda.

Dicho todo esto, no cabe duda de que existen aspectos de la visita que pueden ser criticables, y no nos referimos al tremendo y magnífico despliegue de seguridad que han realizado de forma conjunta la Unidad de Intervención Policial (UIP) de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Está claro que a muchos ciudadanos les puede parecer mal que el séquito del presidente supere lo sensato. También les puede parecer mal que la familia presidencial no acuda a los establecimientos de la zona, cosa que todavía está por demostrar que no se haga. Les puede parecer mal que la casa en la que va a descansar, La Mareta, se encuentre claramente invadiendo la costa... Se pueden criticar muchas cosas, pero lo que nadie puede decir es que la estancia de Zapatero y su familia perjudica a Canarias.

Al margen de las cuestiones que tienen que ver con lo estrictamente político, cuestiones que se resumen ampliamente en la edición de hoy, la visita del presidente del Gobierno tiene una parada importante que se producirá el próximo día 19. Es el día que se ha elegido para celebrar un acto de partido en el que, si no cambian mucho las cosas en estos días, se va a dar el nombre del candidato socialista a la presidencia del Ejecutivo autonómico. Todos los pronósticos apuntan al ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, como la persona elegida. ¿Pedirá disculpas al secretario de Organización, José Blanco, por haberle dejado mal cuando dijo que estaba muy a gusto en Madrid si finalmente se confirma la noticia? Sea como fuere, el caso es que es sabido que a López Aguilar le agradaba más quedarse al frente de su complicado Ministerio, donde por cierto estaba realizando una gran labor. El que parece que está desahuciado desde el punto de vista de las candidaturas es el secretario general del Partido Socialista Canario (PSC), Juan Carlos Alemán, quien se tendrá que resignar a ocupar un segundo puesto que ni siquiera le garantiza la vicepresidencia del futuro Ejecutivo.

Por lo que se refiere a las anécdotas de la jornada, un clásico que a algunos no les hace gracia, pero que a nosotros sí. Nos referimos al consejero de Alternativa Ciudadana (AC-25M), Pedro Hernández, el cual, después de aparecer vestido de chapapote el año anterior, había generado una notable expectación. Al final, en cholas, con bañador y una camiseta con el conocido eslogan en contra de las prospecciones petrolíferas saludó a Zapatero, quien, como es lógico, se acordaba perfectamente de él. No será protocolario, pero sí que es pintoresco.

Críticas y aplausos a la visita de Zapatero
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