viernes. 19.04.2024

Fotos: Dory Hernández/ José Curbelo

La campaña electoral tiene las horas contadas. Se acerca la jornada de reflexión y los candidatos de las distintas fuerzas políticas de la Isla apuran sus discursos para llegar al máximo de votantes posibles. La abstención es el enemigo público número uno y ninguno quiere perder la oportunidad de captar un nuevo simpatizante. Pero la recta final aporta poco. Desde sus inicios la carrera hacia las elecciones ha estado marcada por el supuesto pacto de no agresión establecido entre Coalición Canaria (CC) y el Partido Popular (PP) ante la posible alianza postelectoral que sellarán para gobernar en el Archipiélago. El pacto entre populares y nacionalistas ha marcado no sólo el debate de candidatos a nivel regional, sino que además se ha extendido en todas las Islas, donde la mayor parte de los dardos lanzados por ambas fuerzas han hecho diana en el Partido Socialista (PSC-PSOE). Y mientras el PP y CC acusan a Juan Fernando López Aguilar de mantener un doble discurso “defendiendo una cosa en Canarias y haciendo otra en Madrid”, desde la agrupación progresista piden “un cambio inmediato” para las Islas y culpan a sus principales adversarios de “la corrupción y el estancamiento de la región”.

En Lanzarote la cosa no ha variado mucho, de hecho, se podría decir que la campaña está resultando algo sosa. Las intervenciones de los cabezas de listas no tienen fuerza, no llaman la atención de los ciudadanos y, lo que es peor, son poco creíbles debido a la falta de aciertos en el contenido de los programas electorales. De nada han servicio las constantes visitas de los líderes más destacados de cada partido (Mariano Rajoy, José Blanco, José María Aznar, Mercedes Cabrera, Pérez Rubalcaba o Paulino Rivero) que marcaron el inicio de la campaña en la Isla o el cruce de acusaciones protagonizados, sobre todo, por las familias nacionalistas de Lanzarote (PNL- PIL y CC), surgidos de las discrepancias personales de sus dirigentes. Y no es que el votante lanzaroteño sea diferente a los del resto de comunidades autónomas de España, no, es que los vaivenes de la clase política local han terminado por desilusionar al más iluso.

Tampoco la reaparición de fuerzas políticas que habían perdido presencia en el panorama político insular o no existían (CCN-Isla Alternativa-PNC-PIL-IU-PVPS) parecen colmar las expectativas de los electores. Más bien lo único que dejan es la división del voto, ya que todo apunta a que las mayorías absolutas resultarán casi imposibles en Lanzarote, tanto, como conseguir una estabilidad de cuatro años en instituciones como el Cabildo insular o los ayuntamientos de San Bartolomé y Arrecife.

Impacto visual

A pesar de todo, la campaña no le es ajena a casi ningún vecino y no precisamente por su participación en los mítines organizados cada día por los partidos políticos. Se podría afirmar sin temor a equivocarse que lo único que nos recuerda constantemente que estamos en campaña es el bombardeo de propaganda electoral al que nos vemos sometidos en estos días. Además de los habituales carteles, fotografías, paneles, pancartas y banderas a los que nos tienen acostumbrados nuestros políticos, ahora, se suman cientos de sobres y misivas depositadas en el buzón de la comunidad de vecinos, uno para cada portal. Pero con todo, las campañas electorales suelen ser divertidas (personalmente es una de las etapas laborales que más que me atraen). El 27-M no es una excepción. La salsa de la campaña electoral la aportan esos pequeños detalles, esas anécdotas que no pasan inadvertidas y que hacen que una u otra fuerza política se recuerde con más o menos “cariño”, más allá de lo que pueda durar el mechero o el bolígrafo que nunca falla en una campaña electoral.

De primeras ésta ha sido la campaña de Internet. No hay fuerza política en la Isla que se haya quedado al margen de las nuevas tecnologías, hasta con sus nombres y apellidos los candidatos proponen una web en la red con la lista de buenas intenciones que tienen para gestionar lo público en los próximos años.

Curioso también ha sido conocer que el PSOE canario había copiado el programa electoral a una agrupación política catalana. El plagio de López Aguilar fue sonado en todo el país y los socialistas han tenido que defender esas 125 propuestas para el “cambio” como ningún otro. Tampoco ha faltado la retirada de carteles y publicidad institucional utilizada como propaganda electoral. Muchos fueron los grupos que denunciaron en Lanzarote las prácticas de determinados equipos gobernantes que aprovecharon su etapa en las instituciones para promocionar al candidato. De hecho, el PSOE se ha quejado estos días por la colocación de nuevos carteles en los que aparece María Isabel Déniz promocionando obras ejecutadas por la administración.

El PP, por su parte, ha optado por defender la limpieza del Charco de San Ginés a bordo de los viejos jolateros, prácticamente olvidados por los capitalinos. Los candidatos populares, Cándido Reguera y Francisco Cabrera, no dudaron en subirse a la piragua y hacer verdaderos equilibrios para no caer a la laguna mientras daban sus discursos a los medios.Desde Tahíche Dimas Martín, el fundador del PIL, también ha estado presente. La condena que cumple en la prisión lanzaroteña no ha impedido que el veterano político participe activamente de la campaña electoral. Martín protagoniza cuñas y audiovisuales del partido sin que nadie rechiste por ello, a pesar de su condición de reo.

Por último, es digna de destacar la intención del PP canario de presentar en Garachico, Tenerife, una lista electoral compuesta únicamente por mujeres. Aunque finalmente la propuesta no fue admitida por incumplir la ley de igualdad, que impone paridad entre hombres y mujeres en la representación.

La música y los personajes de la farándula pondrán la guinda a la campaña, que culmina este viernes con actuaciones musicales de lo más variadas.

Las cifras de la cita con las urnas

Un total de 78.838 personas en Lanzarote están llamadas a votar en las 132 mesas electorales distribuidas por toda la Isla. Pero en total, en Canarias suman 1.114 colegios electorales distribuidos por todos los municipios del Archipiélago. Así, y pormenorizando aún más los datos facilitados por la Delegación del Gobierno, se dispondrán de 7.896 urnas que serán utilizadas por 1.533.466 personas que tienen derecho a voto en estos comicios, a los que les quedan cerca de 36 horas de campaña electoral. Las elecciones serán vigiladas por 3.344 policías, miembros de la Guardia Civil, el Cuerpo Nacional de Policía o las Policías Locales para que no ocurra ningún incidente grave el próximo domingo.

En concreto, en Canarias, tendrán derecho a voto el día 27 un total de 1.444.494 a las elecciones autonómicas y a los Cabildos, a las que se suman los 21.987 extranjeros de la Unión Europea o de Noruega que se han registrado para poder votar en las elecciones municipales y ejercer su derecho de elegir al alcalde del municipio en que tienen establecida su residencia. Junto a estos, también tienen derecho a voto las 66.985 inscritas en el Censo Español de Residentes Ausentes, es decir, los canarios del extranjero, en su mayoría desde Venezuela.

En cada mesa, habrá un presidente y dos vocales, un representante de la Administración e interventores de los diferentes partidos (no más de dos por partido y candidatura), además de los apoderados de los partidos. En cada mesa habrá tres urnas, una para las elecciones municipales, donde las papeletas y los sobres son de color blanco, otra para las elecciones al Cabildo, donde las papeletas y los sobres son de color verde y la tercera urna para las autonómicas, donde las papeletas son de color naranja (sobres de color salmón).

La salsa de la campaña electoral
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