viernes. 19.04.2024

FOTOS: JOSE CURBELO

Las fiestas de San Juan de Haría contaron un año más con la inestimable colaboración de los miembros de la agrupación folklórica Malpaís de la Corona. Por séptimo año consecutivo, estos amantes del folklore y las tradiciones rescataron las costumbre lanzaroteñas para disfrute de los vecinos de Haría y de toda la Isla, porque la plaza del municipio norteño se hizo pequeña para los centenares de personas que la abarrotaron el viernes por la noche.

Más de 600 personas acudieron a la cita con la Orquesta Lido, la tradicional agrupación que amenizó el baile de los jóvenes lanzaroteños de hace 50 años que volvía a los escenarios gracias al XII Festival Folklórico Malpaís de la Corona.

Algunos miembros y descendientes de estos músicos volvieron a pisar los escenarios para recrear lo que eran los bailes de salón de la época, una escenificación en la que no faltó detalle y que se convirtió en una actuación inolvidable.

Vuelta a los años 50

Como no podía ser de otra manera, la agrupación Malpaís preparó un espectáculo acorde con las expectativas que han ido creando a través del éxito de otros años.

Con todo lujo de detalles, en esta edición recrearon un trocito de la cotidianeidad de los años 50 en un pueblo lanzaroteño, en el que los bailes de salón eran todo un acontecimiento social rodeado de todo tipo de rituales y costumbres.

Desde el anuncio de la fiesta, hasta la vestimenta y la petición de baile, todo se recreó a la perfección para que los que lo vivieron en su momento no notasen la diferencia y los más jóvenes tuviesen la oportunidad de acercarse a la memoria de sus mayores.

El mismo anuncio del festival se hizo acorde con este propósito y los carteles anunciaban una nueva actuación de la Orquesta Lido en la verbena de Haría.

El reclamo surtió su efecto y mucho antes de la hora prevista para el comienzo del espectáculo ya se habían apostado en la zona cientos de asistentes.

Aunque se retrasó un poco, sobre las 22:00 horas se abrió la puerta a otra época con la el anuncio de un pregonero que con la bocina hizo pública la celebración de los bailes de la Piñata, de la escoba y de San Pascual.

Ataviado con la vestimenta apropiada para la década de los 50, este hombre se encargó de explicar que este último baile tenía la peculiaridad de cambiar el orden establecido y le daba la oportunidad a la mujer de tomar la voz cantante a la hora de pedir el baile.

Según relató, el baile de San Pascual lo iniciaron unas “forasteras” que invitaron a bailar a los hombres que no se atrevían a dejar las cantinas para lanzarse a la pista. Así comenzó una tradición que recuperan ahora, más de 50 años después, los esforzados trabajos de investigación de la agrupación Malpaís de la Corona.

Este grupo de amigos de la identidad canaria se dedican todo el año a rescatar entre archivos históricos y testimonios personales una parte de la historia que no siempre se encuentra en los libros: el día a día de los lugareños.

Con esta intención recuperaron el pasado año trabajos artesanos en desuso, o en 2005 las historias de los emigrantes canarios que partieron a América tras la guerra civil española.

Más sorpresas

Con este trabajo de investigación, el Festival Malpaís se ha ido consolidando como un referente de los espectáculos de calidad de la Isla. Este año reforzaron aún más este título con una actuación inmejorable en la que participaron unas cuarenta personas con más de 70 años que vivieron en su momento los bailes de salón, más los 35 integrantes de Malpaís y los integrantes del grupo grancanario El Volumen y el tinerfeño Tajaraste.

Entre todos hicieron de la noche del viernes una fiesta inolvidable en la que se unió música, representación teatral y, sobre todo, muchas emociones.

Además del pregonero, los asistentes disfrutaron de todos los detalles de un día de baile de salón de la época, en la que el hombre le compraba la entrada a la fiesta a la mujer. En esta recreación, el público pudo escuchar las letras de canciones tradicionales, interpretadas por los miembros de la Orquesta Lido, acompañadas de los pasos de las 18 parejas que rememoraron sus años de juventud bailando en el escenario las canciones con las que cortejaron a sus parejas o celebraron su noviazgo hace más de 50 años.

Mientras tanto, los asistentes disfrutaron del espectáculo mientras saboreaban sus “pirulines”, los caramelos que tradicionalmente comían en este tipo de fiestas y que les repartieron en este día para que todo estuviese acorde con la tradición.

En esta línea se arregló también la vestimenta de los actores, músicos y bailarines, que actuaron con vestidos confeccionados teniendo en cuenta hasta el último detalle para asemejarse a la de aquellos años.

Esta es una de las principales virtudes de la agrupación Malpaís de la Corona, que desde que naciera hace más de 28 años ha destacado en su recuperación de los vestidos de diferentes épocas.

La Orquesta Lido vuelve a amenizar un baile de salón 50 años después de su nacimiento
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