jueves. 01.05.2025

La Asociación Mararía dio por finalizada este miércoles su actividad con los internos de la cárcel de Tahíche con la entrega de diplomas a los alumnos de los diferentes talleres y conferencias que la Asociación les ha impartido durante todo el año. Para celebrarlo, alumnos y profesores se unieron en una gran fiesta durante la tarde en los salones del edificio penitenciario, una fiesta que se lleva repitiendo más de diez años para cerrar el proyecto de reinserción sociolaboral que de febrero a noviembre desarrollan las voluntarias y trabajadoras de esta Asociación con los presos.

En la celebración los participantes

recibieron un reconocimiento por su asistencia a los cursos y celebraron la Navidad anticipada aprovechando la cercanía de estas fiestas. Turrones, polvorones, regalos y hasta el portal de belén fueron el decorado que los propios asistentes prepararon para celebrar la finalización del proyecto y pasar una tarde en compañía de los profesores que durante todo el año les han guiado en las actividades.

Se trata de un programa que llevan más de diez años realizando en este centro las voluntarias de Mararía, pero que en esta ocasión ha contado además con una importante ayuda económica de la Obra Social de CajaCanarias, que ha invertido 12.000 euros en este proyecto para los internos e internas de la cárcel de Tahíche.

Con esta inversión se han podido desarrollar las diferentes facetas de esta iniciativa, que van desde las terapias grupales o los talleres de peluquería, yoga o mantenimiento hasta las conferencias mensuales de enfermedades de transmisión sexual o primeros auxilios.

Todo esto conducido por una psicóloga, una trabajadora social y una pedagoga que desde Mararía coordinaron el trabajo de los implicados en las actividades y siguieron de cerca cada caso y su evolución dentro de los grupos.

Conferencias mensuales

Durante los casi once meses que las

trabajadoras de la Asociación acuden al Centro Penitenciario, las actividades se reparten en tres grupos. Uno de los más interesantes es el de las conferencias mensuales, que buscan abordar con los internos temas de actualidad.

El objetivo principal que persigue esta iniciativa es el informativo.

Los voluntarios que se hicieron cargo de impartir las conferencias intentaron resolver todas las dudas de los asistentes sobre temas como las enfermedades de transmisión sexual, primeros auxilios o derechos de extranjería, que son algunos de las cuestiones que se trataron este año.

Pero también se intentó hacer una labor de concienciación sobre otras situaciones como el tabaquismo, la prevención de violencia de género o la integración de la inmigración. En definitiva, charlar e informar sobre temas que se acusan en la sociedad con la que se van a tener que enfrentar una vez que terminen de pagar sus penas y que seguro les serán de utilidad.

Terapias grupales

Otro de los grandes objetivos de este proyecto es el de reforzar la autoestima y algunas cuestiones psicológicas que se pueden dar en una situación de encierro como la que sufren los presos.

Las terapias grupales sirvieron precisamente para esto, los participantes acudían semanalmente a la cita con la psicóloga para trabajar sobre puntos

concretos que la monitora entendía que era necesario reforzar en los grupos.

Con esta actividad los quince o veinte internos que asistían a las reuniones tuvieron la oportunidad de tratar sobre cuestiones de autocontrol, trabajo en grupo o compañerismo.

Talleres formativos

Con los talleres formativos el proyecto completó su abanico formativo. A través de la peluquería o el yoga, los monitores de cada uno de los talleres intentaban ofrecer ya no sólo nuevos conocimientos a sus alumnos, sino que también les ofrecían la posibilidad de desarrollar aptitudes y valores.

Algunos de los talleres con más éxito fueron los de mantenimiento o artes plásticas, en los se incentivó la creatividad y la expresividad de los participantes.

En general, la respuesta de los internos este año fue como en anteriores ocasiones, muy buena, y las responsables del proyecto dan una valoración muy positiva de los objetivos conseguidos. Los propios internos reconocen que, aunque no se acercaron hasta los talleres con mucha esperanza sino más bien “para pasar el rato”, al finalizar el año saben que les han aportado “algo”. Ese “algo” tiene mucho que ver, si la intención del proyecto se ha cumplido, con habilidades sociales y con nuevos conocimientos que les ayudarán en su desarrollo personal y en sus relaciones.

Por todo esto, Mararía espera comenzar de nuevo con este proyecto el próximo año y repetir de nuevo la participación y los buenos resultados que han conseguido en este.

Los internos de la cárcel de Tahíche reciben los diplomas que acreditan su asistencia a...
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