martes. 19.03.2024

Durante años parte de la sociedad de Lanzarote ha venido peleando por tener las zonas donde poder acampar perfectamente reguladas. No ha habido manera. La desidia política de los unos y los otros ha provocado que desde 1991 mantengamos un Plan Insular que ni ha evolucionado ni parece que vaya a evolucionar, no ajustándose ni de lejos a los tiempos ni a las circunstancias actuales. Es lo que sucede con esta forma de disfrutar de la naturaleza y del mar sin consumir mucho territorio, de atraer un turismo diferente que además deja mucho dinero. Al problema de lugares como Famara, Arrieta o Costa Teguise se tiene que sumar ahora el único lugar donde se logró crear una instalación a la que se le puso el nombrete de "camping" pero que en realidad no reúne una sola de las condiciones que en cualquier otro rincón del planeta son obligatorias para usar la palabra. Y se llamó camping, en español zona de acampada, a una enorme parcela que está en un lugar paradisiaco como son las playas de Papagayo. No era cualquier cosa. Lo lamentable, como han denunciado ya varios lectores y campistas a este diario, es que a día de hoy, mayo de 2022, sigue sin resovlerse algo tan básico como dotar de servicios a aquel lugar, que, como muestran las imágenes tomadas este pasado fin de semana, presenta un aspecto deplorable, indigno de algo que se supone que debería estar atrayendo no sólo a los muchos visitantes que vienen en autocaravana sino a los más de cuatrocientas personas que forman parte de una asociación local que ya no sabe qué hacer para que les hagan caso. Chocan contra un muro de piedra.

Imagen de la zona de acampada de Papagayo este pasado fin de semana.
Imagen de la zona de acampada de Papagayo este pasado fin de semana.

Con una parcela de esas características, ubicada estratégicamente enfrente de una de las mejores playas del mundo, lo normal era pensar que la gente a la que le gusta acampañar se iban a tener que pelear por conseguir una plaza. Nada más lejos de la realidad. Apenas un puñado de autocaravanas estaban el pasado fin de semana allí, haciendo uso de los pocos servicios que presta un Cabildo de Lanzarote que abrió las instalaciones tras la entrada de los consejeros de Podemos al pacto de gobierno con el Partido Socialista (PSOE) y con el concejal transfugado de Coalición Canaria (CC). Las abrió sin los servicios adecuados, como duchas, aseos y un lugar donde poder evacuar los desechos que por una razón u otra todos los seres humanos están obligados a expulsar del cuerpo, algunos con más alegría y frecuencia que otros. Por eso la gente no va y los pocos que pasan por allí se indignan, porque no entienden la inversión que se ha hecho y la función del personal que vigila a nadie en estos amargos momentos. 

"Buenas tardes. Estuvimos mi mujer y yo haciendo senderismo el sábado por Papagayo y aquí les envío la imagen del camping. Se pueden contar con los dedos de una mano el número de autocaravanas. Esto es lo que pasa cuando abres una cosa a medias sin servicios y sin nada; al final es una instalación infrautilizada y la gente no la puede disfrutar. Esto solo pasa aquí en Lanzarote y a mí me gustaría saber cómo se paga al personal de mantenimiento o de seguridad que está allí para apenas un puñado de caravanas y de pobres caravanistas", apunta uno de los vecinos de la Isla que pasó por allí el fin de semana. 

Es un testimonio que se debe sumar a otros testimonios que se suman a otros testimonios de todos aquellos que ni entienden ni entenderán que esto pase en una isla que es Reserva Mundial de la Biosfera y en donde administraciones como su Cabildo o el Ayuntamiento de su capital presumen de tener muchos millones de euros en el banco. 

Lamentable estado de la zona de acampada de Papagayo
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