La pasión por el Carnaval de Domingo Brito es bien conocida por todos los aficionados a estas fiestas, que año tras años esperan ver aparecer por los cosos de Lanzarote la nueva fantasía de este vecino de San Bartolomé. Este esfuerzo por renovar cada febrero el vestuario del Carnaval le ha hecho merecedor del segundo premio que la Villa Pipol otorga al “espíritu carnavalero”.
El primer personaje que se llevó este galardón honorífico fue otro insustituible de estas fiestas, Juan Medina Guzmán, que como Charlot recorre los Carnavales de toda la Isla. Este nombre fue el primero que inauguró la lista de socios de honor de la Batucada Villa Pipol, a la que se suma este año Domingo Brito como espíritu carnavalero.
Esta iniciativa surge de la propia agrupación de percusión, que con estos homenajes quiere agradecer y reconocer la labor de los que han dedicado su tiempo a engrandecer el Carnaval de la Isla y a mantener la ilusión de unas fiestas que no siempre han vivido el prestigio con el que cuentan en la actualidad.
“Son muchos los que precedieron a Brito o a Charlot, muchos que hicieron que el Carnaval siguiera adelante cuando estaba prohibido y a los que nunca se les reconoció su labor”, explicó a esta redacción el presidente de la batucada, José Lora.
Con esta intención crearon el premio, que en esta ocasión recae sobre Domingo Brito por la ilusión que pone en cada Carnaval en la elaboración de sus disfraces confeccionados de manera artesanal con productos de la tierra.
De esta forma tan original se ha ido labrando un hueco en la memoria de los incondicionales del Carnaval, que no tendrán el recuerdo de un coso sin la figura de este hombre danzando alrededor de las carrozas.
Un acto emotivo
En el acto de homenaje, celebrado el pasado jueves en el local de ensayo de la Villa Pipol, estuvieron presentes todos los integrantes de la batucada que han hecho posible que este hombre reciba un homenaje a su ilusionada labor.
Entre todos hicieron que el acto fuese una cita emotiva. Los recuerdos del Carnaval llegaron también de la mano de Juan Medina, que se encargó de hacer entrega a Brito de la placa conmemorativa y del trofeo, que él ya tiene en su haber.
Emocionado, Domingo Brito compartió este momento con sus familiares y amigos, que estuvieron presentes en el acto, en donde vieron como se reconocía la ilusión que cada año han visto materializarse en la confección de los originales disfraces de este hombre.
En este encuentro estuvieron también presentes el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Arrecife, Luis Morales, y la concejal de Fiestas del Consistorio capitalino, Encarna Páez.
Entre todos hicieron a Brito un merecido homenaje, que espera impulsar y poner nombres y apellidos cada año a los que entienden el alma del Carnaval. Por eso, la Villa Pipol ya está pensando en nuevos merecedores de este premio, unos homenajeados que tendrán que superar un listón muy alto para igualar el trabajo realizado en estas fiestas por personas como Domingo Brito, que asegura que lleva casi cuarenta años saliendo a las calles del Carnaval con disfraces de cosecha propia.