miércoles. 14.05.2025

Hay que tener mucho cuidado con los artículos de broma. Te pueden explotar en la cara. Lo volví a comprobar el pasado jueves. No todo el mundo lee como tú crees que escribes, adivinando el fisquito de ironía que uno piensa que va desparramando entre líneas, por más y por mucho que se supone que ese doble lenguaje ocasional ya lo sugiere o lo insinúa igualmente el título genérico de esta sección, que no sabía yo -les confieso humildemente- que contara o contase con tantos lectores pilotos, o con tantos pilotos lectores de la misma, tanto monta. Y tanto que me alegro, vive Dios. Es un gran honor, a fe mía, saberse leído y seguido por gente tan elevada o de tan altos vuelos como los pilotos de Iberia o Binter (mis respetos a todos, incluso a los que han llenado de insultos el foro digital de este diario lanzaroteño y el buzón virtual de mi ordenador: con ambas compañías he viajado a distintos y distantes destinos y siempre he llegado sano y salvo a destino, y jamás he dudado ni en público ni en privado de la profesionalidad de piloto alguno, aunque me haga eco de noticias como las que aquí referí, en la que se hablaba de ese garbanzo negro que siempre hay en cualquier colectivo, como es triste fama, mucho más cuando es tan numeroso. No me inventé aquella noticia, sino que la recogí directamente de la prensa de la época).

Puesto que ya no se reparte el periódico -el de papel impreso- en los vuelos interinsulares, reconozco que no me esperaba tanto revuelo. El internet es lo que tiene: que, potencialmente y al menos en teoría, te puede leer todo el mundo y parte del extranjero. Y si haces una mínima alusión a cualquier colectivo numeroso e internacional, te pueden llamar de todo menos bonito -que no es el caso- desde cualquier rincón del planeta, sobre todo si la alusión no es precisamente lisonjera. Lamento que algunos de esos correos electrónicos se hayan tenido que censurar, y sobre todo el trabajo extra que ello le ha supuesto a alguna compañera de este medio. Pero verdad es también que no se han suprimido esos mensajes porque vayan contra este torpe juntaletras periférico, sino porque iban directamente contra el mínimo buen gusto. Y algún piloto podrá argumentar en este punto concreto que, para mal gusto, el mío. Y a lo peor hasta lleva razón. No culpo a nadie si lo ha podido entender así. Igual me expliqué peor que mal y asumo esa responsabilidad. No sería la primera vez que incurro en ese error (otros yerran cuando me llaman constantemente periodista; nadie es perfecto), y ni siquiera voy a achacárselo a las prisas de este trabajo contra reloj (que haberlas haylas, por cierto, como las meigas). Pero tampoco se me caen los anillos que no uso por pedir perdón al que se haya sentido ofendido. Sabe el Cielo que no era la intención, como queda dicho, pero entiendo igualmente que algunos puedan haber visto motivos para esa afrenta no buscada y mucho menos pretendida.

El tono y la intención de aquella columna era cuasi paródica, como pensaba -ingenuo de mí- que quedaba claro a lo largo del texto. No me consta que la afamada película “Aterriza como puedas” (en la que se veían burradas para todos los gustos y disgustos) recibiera queja alguna de ningún colectivo de pilotos, pues todo el mundo entendió desde un principio que era pura comedia. Pero no culpo a nadie por no entenderlo así en este caso. Me culpo por haberme explicado mal. Asumo esa responsabilidad. Dicho quede, por si sirve para algo o por si le sirve a alguien.

NOTA AL MARGEN (o no tan al margen): Me ratifico, eso sí, en mi deseo, como simple usuario, de que la anunciada huelga de pilotos de Iberia no se lleve a efecto. De hecho, llevo varios días rezándole a todo el santoral del almanaque para que las partes lleguen al mejor acuerdo para ambas... y que no me hagan perder más tiempo del mínimamente necesario entre aeropuerto y aeropuerto allá por el domingo, 16 de julio del año en curso. Amén. (de-leon@ya.com).

Pilotos y profesionalidad
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