miércoles. 14.05.2025

El epitafio es la postrera vanidad del hombre (y de la mujer, como añadiría al momento el redundante políticamente correcto). Y de hecho hay personas que viven únicamente para dejar un bonito epitafio sobre su lápida, como es triste fama. Ahí van, seguiditos y apócrifos, los últimos ejemplos de los que ha tenido conocimiento esta sección que, en días como hoy, hace más honor que nunca a su título genérico:

AFICIONADO DEL BARÇA: “Ya me puedo morir tranquilo. De París al Cielo”.

ALEJANDRO MAGNO: "Tantas batallas, victorias y estrategias militares para acabar dando nombre con mi apellido a un simple coñac".

ANTONIO MACHADO: "Caminante, no hay más camino".

ASESOR DEL CABILDO O DEL AYUNTAMIENTO: "Si hubiera sabido que aquí tampoco se da ni golpe, me habría venido mucho antes".

BENEDICTO XVI: “Voy de blanco, pero soy del Barça hasta la muerte. Lo sabe todo Dios. Viendo el partido del miércoles me sentí en la gloria, valga la redundancia”.

CHARLES DARWIN: "Descubrí de dónde venimos. Y ya veo a dónde vamos".

EL ALCOHÓLICO: "Nunca pensé que hablaría de un mal trago, pero éste sí que lo es, a fe mía".

EL CASADO CANSADO: "Algunos matrimonios acaban bien. Otros, por el contrario, duran toda la vida".

EL CURA: "En el confesionario, sólo una vez me negué a perdonarle los pecados a uno que decía haberse acostado con Marilyn Monroe y que estaba arrepentido. Maldito mentiroso...".

EL DESCONFIADO: "En vida sólo confié en las malas personas: eran las únicas que no cambiaban nunca".

EL DIVORCIADO: "El matrimonio es la única guerra en la que los enemigos duermen juntos. Doy fe".

EL MARIDO ENGAÑADO: "Siempre envidié a los vikingos porque sus cuernos eran postizos".

EL SABIO: "No hay uno solo de nosotros que no sea culpable de un enorme crimen: el de no vivir plenamente la vida".

LA FEMINISTA MILITANTE: "Los hombres existen todavía porque los consoladores no invitan a copas ni al cine".

LETIZIA ORTIZ (periodista autonombrada independiente, dependiente de las más escandalosas manipulaciones de Alfredo Urdaci en el Telediario de TVE, que también presumía ante quienes la conocimos en Barcelona diez años atrás de ser republicana convicta y confesa): "Me estaba quedando muy flaca y necesitaba urgentemente una transfusión de sangre... azul”.

MIGUEL DE UNAMUNO: "Siempre hablé mucho de mí mismo en mis obras porque era el que tenía más a mano".

PLÁCIDO DOMINGO: "Para plácidos domingos, los que se respiran en el cementerio. No se oye ni una voz. Ni siquiera la mía".

RAMÓN MARÍA DEL VALLE INCLÁN: Su epitafio lo dio siendo todavía un chinijo cuando le preguntaron qué quería ser de mayor: "Difunto".

RONALD REAGAN: "A mi muerte, ya casi nadie se acordaba de que yo fui presidente de los Estados Unidos. Y yo menos que nadie".

SILVESTER STALLONE: "Ahora ya lo puedo reconocer: fui un pésimo actor. Tengo casi cien películas para demostrarlo".

ZIDANE: "De la ultragalaxia a la ultratumba. Y sin probar ni una copa en los últimos tres años. Segurito que superó el control de alcoholemia de San Pedro. Los del Barça no podrán decir lo mismo”. (de-leon@ya.com).

Epitafios fresquitos
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