sábado. 10.05.2025

Por Miguel Ángel de León

Para el próximo martes, 22 de mayo del año en curso, 5 días antes de la cita electoral y tal, se ha convocado una “Concentración por la doble Autonomía” en plena plaza de Santa Ana, en la capital de Gran Canaria. Organiza el acto el denominado Partido de Gran Canaria (PGC para los amigos y demás personas piadosas), al frente del cual sigue estando Onelio Ramos. Aquí ya hemos hablamos de la importancia de llamarse Onelio, que es algo que imprime carácter, porque ahí es nada la broma de leer columnas de opinión en la que el personaje de marras escribe, textualmente, que “se trata de organizar el Archipiélago de manera que Las Palmas y Tenerife administren separadamente sus recursos”. ¡Las Palmas y Tenerife! ¿No fumas, inglés? De todo lo cual se deduce e infiere, a bote pronto, que existe una isla en el Archipiélago llamada Las Palmas... y uno con estos pelos. Que ese error -muy habitual, por otra parte- lo cometa el peninsular recién llegado a las islas o el tinerfeño que sólo lee El Día, igual tiene un pase y es hasta disculpable, pero que caiga en tamaña prueba de ignorancia el mismísimo presidente del denominado Partido de Gran Canaria ya tiene más delito, para mi gusto.

Cuando ya parecían apagarse definitivamente los rescoldos de la matraquilla dobleautonomista va y resurge la bobería, otra vez de manos del PGC de Onelio, cual Guadiana o cansino bucle infinito. Más leña al fuego del estúpido pleito insular que se traen montado entre las fuerzas vivas o fuerzas bobas de Gran Canaria y en Tenerife, que siguen creyéndose el ombligo del Archipiélago (ombligo algo sucio, por cierto, con la pelusilla negra del peor de los insularismos o isloteñismos, siempre tan estrechos de miras).

Es la otra pesadilla que tenemos instalada cada cierto tiempo en la prensa tinerfeña que quiere quitarle el Gran a la isla redonda y en la prensa canariona que cree que hay que repetir lo de la división provincial de 1927 con una doble Autonomía, cuyos respectivos parlamentos estarían en Santa Cruz de Tenerife y en Las Palmas de Gran Canaria, que hasta la duda ofende. Simplonadas muy propias en la que suelen caer los que se creen el centro del Universo, como es triste fama. Al resto de las islas, ni se les pide opinión al respecto. Y cuando algunos nos hemos pronunciado desde la periferia archipiélagica (con perdón por el palabro) en contra de ese disparate dobleautonomista se nos ha dicho de todo menos batatero en medios muy mediatizados por el secular y rentable pelito insular que se traen montado grancanarios y tinerfeños. Gajes del oficio del que no busca beneficio de la estéril polémica, que asumimos con cristiana resignación. Los insultos también van en el sueldo.

A estas alturas del esperpento pleitista, desde El Hierro, La Palma, Gomera, Fuerteventura y Lanzarote (La Graciosa incluida) sólo nos cabe pedirles a los neo-iluminados finiseculares que gritan babiecadas a las faldas del Teide o del Roque Nublo que no nos obliguen a "los otros canarios" a asumir con todas las consecuencias la sospecha de que es mejor estar solos que mal acompañados. ) Usted oyó, don Onelio? (de-leon@ya.com).

Doble bobería
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