Antonio Guerra León
Carnaval, carnaval, carnaval te quiero... así cantábamos todos los tinerfeños en estas tradicionales fiestas de invierno cuando el pueblo llano era verdadero protagonista de las mismas, al igual que en esas tierras conejeras, pero ahora usurpadas las mismas por los politicastros de turno que en vista de la popularidad de las mismas y el lustre que daban a la ciudad han querido en un gesto, maquiavélico y vulgar, apropiárselas para exhibirlas como trofeo electoralista -nacionalista, y de camino que la gente se olvide de las muchas deficiencias que tienen nuestros pueblos en materia de sanidad, paro o vivienda.
Y es que el pueblo chicharrero está, "más caliente que el palo de un churrero", con el desgraciado acto de la Elección de la Reina del Carnaval 2007, donde se han superado todos los récords de mediocridad, mal gusto y vulgaridad en esa clase de espectáculos, descargando el personal toda su indignación en primer lugar sobre los "godos" que previo pago de un millón de euros se han cargado la fiesta llevándose fresquita la pasta, o sea, el santo y la peana; y donde el personal atisba también, dada la proliferación de tanta corrupción, que alguien se ha llevado unas buenas comisiones al contratar al tum tum, un desconocido entre nosotros bailarín de flamenco para dirigir la gala ¡que amargura, compadre! además de contratar personajes tan espectaculares y acreditados de los escenarios como la "superfamosa", señora o lo que sea, Esteban, entre otras "estrellas" de la farándula de ínfima categoría que nos han metido por los ojos los de siempre.
Pero esto no es lo peor, por que después de la patriótica defensa de los carnavales por el Sr. Alcalde, Don Miguel Zerolo, azuzando a los ciudadanos para que se salten las leyes y las resoluciones judiciales, pues ese mismo pueblo exige ahora desde toda clase de tribunas la inmediata dimisión del mismo y de su concejal de fiestas, cosa que parece un poco exagerada, pero no con total falta de lógica, pues si en su momento cuando las cosas iban bien se aprovechaban ellos de las mismas para subir puntos en la política, ahora se le pide que paguen con la misma moneda y se vayan a su casa. Dicho queda.
De todas formas, aparte del desprecio de nuestras autoridades por los grupos, rondallas, comparsas, murgas y también por nuestros artistas, músicos y presentadores que los hay a montones en nuestras islas y de gran valor, dado el consabido complejo de inferioridad de nuestros mandamás, no es de recibo que se gaste tanto dinero en traer figurillas de cuarto grado para animar nuestras fiestas, sin contar las acerbas críticas a nuestro pueblo desde las televisiones nacionales en particular Antena 5, donde se nos pone verde y casi de analfabetos por no entender en su momento la sublime actuación de ese "pedazo de artista" que se llama Belén Esteban qué Dios guarde para siempre y tire la llave a un barranco.
Y para terminar y siempre en tono pesimista dada las circunstancias que nos acojonan en estos momentos, lejos de alegrías y basilones, no nos queda más remedio que escribir otra vez aquello tan manido y repetido siempre..."no será que cada pueblo tiene los políticos que se merece". Pues puede ser que sí, a las pruebas nos remitimos. Hasta pronto.