sábado. 20.04.2024

Por Martino

Pido perdón de antemano y me dejo llevar por esa tradición escolar de comienzo de curso, cuando el profesor invita a los alumnos a que cuenten, a modo de redacción, sus vacaciones, en este caso a modo casi telegráfico.

En Ávila ya se sabe, murallas, yemas de Santa Teresa que debía tener muchos dedos, y rosquillas de huevo, eso sí con mucho recogimiento.

En Palencia, que no es la tierra de las flores , esa es Valencia, conozco a un rumano que pide limosna y hace reverencias y reza si se la das, de otra forma imagino que se acuerda de tus progenitores. Micción por imperativo legal junto al río Carrión.

En Cuenca, mi cuñado, a ese ya lo conocía, toda la vida fumando y bebiendo veinte cervezas diarias y ahora no deja fumar ni beber ni en la puerta de su casa. Camina nueve kilómetros diarios y pesa noventa kilos, vamos que caminar engorda. El colmo es ver que la ciudad está llena de chinos vendiendo recuerdos de las Casas Colgadas. Es una pena que en el sitio donde has nacido y crecido ya no conozcas ni a los camareros que te amamantaron, sólo al plasta de mi cuñado, el de los nueve kilómetros.

En Valladolid, “Peña Taurina”, un bar con el camarero más serio del mundo, debe tener una hipoteca muy gorda, pero se le excusa porque sirve tostas de queso de Cabrales al orujo, un placer de dioses.

En Salamanca no conocí a nadie, sólo hay japoneses fotografiando iglesias y comiendo cecina de León, no pude ver la rana de la Universidad ni miccionar junto al Tormes, como Lázaro.

De Madrid al cielo, es la gloria. Nada más llegar al aeropuerto, un guardia civil me hace abrir la maleta a la voz de “ Abra la maleta, joven”. Vaya vista el fulano, como visualice así la droga sobrará material, lo digo por lo de joven. Total porque llevaba una petaca de Jack Daniels y un molinillo de pimienta de Carrefur. En el Casino Gran Madrid pierdo hasta peso. Lo de siempre, los jugadores-jugadores de black jack, ruleta francesa y punto y banca revueltos con las parejitas pedo, matrimonios jovencitos , casi de diseño, con sus Lacoste y Burberrys de cien euros la prenda, que van a jugarse veinte eurillos y si pierden salen del casino como si se les hubiera muerto la madre.

Más de Madrid, me colé en el metro y famosillos pocos, están de vacaciones y SERRAT y SABINA de gira en dirección contraria a la mía. La señora CIBELES en su sitio, triste porque se fue BECKAN. Mi hijo se cabrea a modo porque desayunamos en NEPTUNO, zona atlética, pero es que en CIBELES no hay cafeterías, bancos, cuarteles y GALLARDÓN ubicando allí el ayuntamiento de la Villa.

Se me olvidaba, en Cuellar, Segovia, en los encierros más antiguos de España, vi a un morlaco de quinientos kilos entrando en una autoescuela. Le habrían quitado los puntos. Vuelvo a Lanzarote y me cachean, el segurita me dice. “No llevas nada pero estás gordo, jodido”. Ya no hay respeto ni valores y donde hay confianza da asco. Todo el viaje en avión roncando, más contento que un chino en una tragaperras, no sé qué decir de los pasajeros próximos, si se quejaron no los oí.

Gastronómicamente hablando, torreznos, lechazo, cabrales, chorizos, morcillas, jabalí, ciervo...Espero que mi médico no lea esto, aunque se la traerá al fresco, como se suele decir. Ah y los plátanos de Canarias más baratos y mejores que aquí, el tabaco en cambio mata, por las cuatrocientas sustancias cancerígenas y por el precio.

Mi cuñado me llama con tamaña indignación porque durante las vacaciones no paré de decirle que nunca debió dejar los VILLAGE PEOPLE, se debe haber enterado de quienes eran y está que trina. Como notas finales decir que entré en La Almudena a pesar de ser agnóstico, me encanta el arte religioso, al Prado no pasé, la de la baronesa tampoco, ni al Palacio Real, no soy monárquico y había colas, se pensarían esos pardillos que iban a ver a LETICIA en bata de guata. Pasé de largo, sin mirar por Génova y Ferraz, calles ,y no pude ni entrar en la calle donde me críe, malcrié, porque estaba en obras. Me faltó ir a Valencia a tomar horchata, soy muy horchatero, pero ya la venden en todos los lados, este comentario disgustó mucho a mi otro cuñado, es emigrante en Valencia y se pone a cien si le dices que cualquier horchata sabe igual que la de Alboraya. Ah y el bingo CANOE, frente al BERNABEU, el más grande del mundo, también cerrado. ¡ Qué cruz!

Ya, recién recibido el soplo caliente en el rostro al llegar a Lanzarote, el taxista me dice que PÉREZ PARRILLA no sólo sigue de alcalde de Arrecife sino que se ha hecho una foto junto al rótulo de “La Destila”, nombre del antiguo “ Generalísimo”. Desde entonces vivo sin vivir en mí...

Acabo el artículo con un ¡Viva El Corte Inglés! Caro, carísimo, no he comprado nada allí, pero hacen una labor social impresionante, en caso de apuro de vientre o vejiga, para resguardarte de la lluvia y para gozar del aire acondicionado. Se lo recomiendo encarecidamente, no hace falta que compre nada.

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