lunes. 12.05.2025

Por Martino

Ayer, a las cinco de la tarde, ADALBERTO PADILLA, conductor de un peugeot 205, como viene siendo habitual, no encontró aparcamiento en Arrecife y tuvo que aparcar en Playa Honda. El suceso ha conmocionado a todo el vecindario y en especial al de Playa Honda, con el temor latente de que todos los arrecifeños hagan lo mismo. Envuelto en lágrimas y desesperación recogíamos las primeras declaraciones de la víctima:

P.- ¿ Cómo se siente usted, buen hombre?

R.- Sin ánimo para seguir viviendo así, tiro la toalla, todos los días lo mismo, mire usted, yo vivo en la calle Canalejas, antes aparcaba allí, pero con los cambios ya al final lo tenía que dejar en Altavista, Altavista Baja que todo hay que decirlo, pero ayer, buscando y buscando terminé dejándolo en Playa Honda, que es de donde venía de trabajar precisamente.

P.- ¿ Y por qué no lo dejó en El Cable, que está más cerca?

R.- Mire, porque ya de pasó quería comprar un pollo que me encargó mi mujer en el asadero de Arrocha, que están cojonudos, oiga.

P.- ¿ Y luego volvió usted caminando hasta Arrecife?

R.- Claro, no voy a ir montado en el pollo, estarán buenos pero volar, no vuelan, y menos si están muy hechos, como les gusta a los del PSOE.

P.- ¿ Y qué coño, con perdón, tienen que ver los del PSOE con el pollo?

R.- Es que yo vivo en la calle Canalejas, en el edificio de al lado, y de vez en cuando se asoman a oler. Bueno, y las papas de muerte, lo que pasa es que mojas y mojas y se te pone panzón.

P.- ¿ Qué les dice usted a las autoridades sobre el problema del aparcamiento en Arrecife?

R.- ¡ Que les den...!

P.- ¿ Ve usted solución al problema?

R.- De momento la única que veo es hacerme de la grúa, o policía, que ellos aparcan su coche encima de la acera, que hay más coches allí aparcados que en el parking del Gran Hotel.

P.-¿ Alguna otra cosa, alma de cántaro?

R.- Sí, que estas navidades a ver si el Cabildo se estira y tiene a bien regalarme una cesta con pata de jamón y mucho espárrago, que le gusta de chuparlos a mi señora, valga la redundancia, y ya que quieren promocionar el vino de Lanzarote, que inviten, una cajita ahí...

P.- ¿ Es que trabaja usted en el Cabildo?

R.- Más quisiera yo, llevo doce años esperando que haya oposiciones, pero como el que mea sin echar gota, lo digo por si cuela lo de la cesta. ¿ O es que los que no curramos en el Cabildo o en la policía no tenemos derecho ni a cesta ni a aparcamiento?

P.- No obstante, y perdone si me equivoco, me llevo la impresión de que a usted vivir en Arrecife...le pone.

R.- ¡ Joder, parece usted mi sicólogo argentino, me ha calado! Sí, lo reconozco, a mí que me den con un látigo con púas en mis partes , que un gilipollas pase con las ventanillas del coche bajadas y la música hortera a toda leche cuando hago la siesta y vivir en Arrecife...lo que más.

P.- ¿ Igual ahora si gana PÉREZ PARRILLA la alcaldía, mejora la cosa, no?

R.- Será la cosa de PÉREZ PARRILLA claro.

¿ Pero tan mal ve la cosa?

R.- Mire, no nos engañemos, los únicos que viven bien aquí son los chinos.

P.- ¿ Los chinos, y eso?

R.- Lo dice mi cuñado, PACO, que es policía: “ Resulta que se quedan los mejores locales en los mejores sitios y cuando voy a su tienda, en vez de pedirles yo a ellos los papeles, como Dios manda, son ellos los que me vigilan a mí para que no les robe nada, de locos, de locos...”

P.- Pero la diversidad cultural enriquece, oiga.

R.- Pues será a los chinos o a PÉREZ PARRILLA porque a servidor...

P .- ¿ No será usted xenófobo de esos?

R.- De xenófobo nada que a mi me gustan también los “ xenos” de las extranjeras y no les hago ascos.

Tenía que pasar y pasó
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