Llevo ya tantos años padeciéndolas que no me coge de sorpresa. No, no hablo de las hemorroides, que esas se sufren en silencio, hablo de las entidades bancarias al uso y al abuso. No, no me engañan los bancos, esas oenegés altruistas, cuando juran que velan por mis intereses, que son los suyos. No me engañan cuando, al llegar diciembre, me regalan un puñetero almanaque para que sepa cuando vencen mis letras de cambio y no me retrase en el pago, mientras que a los llamados clientes preferenciales, no sólo no los apremian, sino que encima les regalan mantas para que no pasen frío y vajillas para que con su pan se lo coman.
No me engañan los bancos, me autoengaño, que no es lo mismo. Soy consciente de que para ellos no soy más que un número en números rojos, como todos los tiesos que en el mundo somos. Bienaventurados los pobres porque ellos gozarán siempre de la emocionante aventura de no llegar a fin de mes, porque nunca nos partiremos la rodilla esquiando en Baqueira o Saint Moritz, porque nunca padecerán gota, enfermedad de reyes y pudientes, causada por el abuso del ácido úrico de los mariscos, porque nunca nuestra limusina nos dejará tirados en la Costa Azul, porque nunca las subidas o bajadas de la Bolsa nos hará subir las bolsas propias hasta la garganta, lo cual no deja de ser un consuelo.
En los últimos ejercicios, como dicen ellos, los bancos están ganando más que nunca, se salen , por no hablar del inmediato incremento de las hipotecas por la subida del precio del dinero, aunque eso sí, por mucho que suba, nunca llegaremos a pagar el veintidós por ciento, ladrón y usurero, que pagábamos en el reinado de FELIPE GONZÁLEZ, con AZNAR bajó muchísimo el interés, pero no se me echen encima, ya sé que es por la coyuntura europea y eso, lo raro es que ahora, con ZAPATERO comiencen de nuevo a subir. De nuevo cosas de las coyunturas que se le escapan de las manos al gobierno socialista, no depende de ellos, como tampoco depende, es un decir, la invasión migratoria, el fracaso escolar, la sequía de los pantanos o la falta de viviendas con acceso razonable para los jóvenes. Al parecer de ellos sólo dependían las bodas entre homosexuales, los diálogos con ETA y el Estatuto de Cataluña, lo demás debe ser cosa de chinos, que por eso hay tantos.
Miles de familias se verán angustiados, asfixia total, con las hipotecas que ya de por sí les venían justas. Lo siguiente son los embargos y las subastas de pisos a cargo del banco de turno, donde siempre participan los amiguetes como por arte de birlibirloque. Así no hay manera, señor ZAPATERO, usted que tanto se preocupa por la salud del paisanaje y con que dejemos de fumar, así nunca, los tiesos, podremos ahorrar para invertir en células madre y perpetuar nuestra especie. Los atracadores dicen: ¡ Esto es un atraco! Los bancos suelen decir: ¡Arriba las manos, esto es un interés! Y al que no le guste...que no coma.