domingo. 11.05.2025

Por Martino

Brillaba un sol mezquino de doce de agosto en La Mancha. Se celebraba la fiesta mayor de Bollullos del Empalme, en honor de San Celemín, casi virgen y casi mártir, patrón del pueblo y protector de los que sufren mal de amores, cuernos incipientes o impotencia.

Claudina Cifuentes, cuarentona, el arroz más que pasado, fea de cojones y patizamba, era elegida Reina de las Fiestas, Primera Dama de Honor, Segunda Dama, Miss Fotogenia y Miss Simpatía, por unanimidad y por una nimiedad, que viene a ser lo mismo. Dicha elección, multitudinaria en cargos y honores, dio pábulo a un reguero de críticas y crueles comentarios por parte de la muchedumbre enloquecida, que si no podía ser, que si tongo, que si los árbitros ayudan siempre al Barcelona, etc.

Se hace necesaria una aclaración, y no es preciso que la haga PUNSET para que la entiendan. Claudina, cuarentona, arroz pasado, fea de cojones y patizamba, no obtuvo todos esos galardones a la belleza porque su padre, Don Anselmo, fuera el alcalde del pueblo, diputado en Cortes como CÁNDIDO REGUERA y presidente del jurado, ni tampoco porque diera la casualidad de que su señora madre, Doña Eulogia, repartiera sobres con cincuenta euros entre los miembros del jurado, que además eran todos de la familia, sino por ser la única moza del pueblo que se presentó al concurso, si exceptuamos a Julito, el mariquita del quinto derecha, y claro, una cosa es que ZAPATERO les bendiga el casamiento y otra que se presenten a Reina de las Fiestas. Para que comprueben que no siempre la plebe, la mayoría ruidosa, está en posesión de la razón, además que Claudina era de una extraordinaria belleza interior, era tanta su belleza interior que daban ganas de pelarla para comprobarlo.

COMUNICADO (LA QUE AVISA NO ES TRAIDORA)

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Yo, DOLORES POLLARDÓN, en pleno uso de mis facultades mentales a pesar del valium y los cinco güisquies, aquí en el bingo, y en presencia de mi abogado que para eso me roba, quise decir me cobra, declaro lo siguiente a modo de manifiesto y a quien pueda interesar, o sea a todos porque la gente es muy cotilla:

A) Que como el fragilón de mi marido, asesorado por la pécora de su madre, y los totorotas de mis hijos, manipulados por el padre, me vuelvan a regalar, como el año pasado, por SAN VALENTÍN, una puta plancha, por moderna que sea, el no va más de la robótica, me cago en CUPIDO y a esos cabritos les arreo con la plancha en la cabeza aunque me lleven presa.

B) Que, me regalen plancha o no, aunque me regalaran unas joyitas de veinte mil euros a las que tengo echado el ojo, me pienso “ingresar” una semana en el bingo, otra en un “ boys” a meterle billetes en los gayumbos a los mozarrones, y otra semanita en la talasoterapia para mojarlo.

C) He dicho y no hay vuelta atrás, amén de que a esa cuadrilla de indeseables no les hago yo más cenas para los restos y el mando a distancia me lo llevo yo al bingo para que levanten los culos del sillón de una maldita vez.

Fiestas grandes y comunicado
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