Por Martino
(Así se arreglarían las cosas del PSC de Lanzarote)
LEAL: Venga compañeros, ¡salud les copains! Por el espíritu de Suresnes, me bajo de la burra, me sacrifico, dejo todos los cargos, le paso una pensión vitalicia a MIGUEL GONZÁLEZ y a ESPINO y trabajaré desde los gozos y las sombras para el partido.
ESPINO: No hay duda, compañeros, después de RUBALCABA, estamos ante la cabeza pensante y brillante del PSOE.
MIGUEL GONZÁLEZ: Venga , ya puestos a TERESOS DE CALCUTA, retiro todo lo dicho, borro lo dicho, “desanuncio” lo anunciado, y a partir de ahora, como el anuncio de BRUCE LEE, soy agua que se deja llevar por su cauce. ¡ Hacedme vuestro otra vez!
MANUEL FAJARDO: Lo ven ustedes, si son como niños, con lo bonito que es llevárselo crudo, digo llevarse bien, vaya lapsus.
SEGUNDO: No os he estado yo sentando las bases para que salgamos por peteneras. ¡ ENRIQUE PÉREZ PARRILLA for president forever and ever one more time!
ENRIQUE: Que no, SEGUNDO, que al cabildo no volvemos ni PRATS ni yo, que ahora voy de alcaldable. Además si DIMAS está en la cárcel, ¿ quién me aúpa a mí a la presidencia del cabildo sin ganar, como siempre?
LOLY LUZARDO: Perdonad que me meta en lo vuestro, chicos, pero lo que necesitáis es una GESTORA como la mía y como yo.
LA CUMBRE
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A la cumbre de altos mandatarios mundiales habían llegado casi todos con exquisita puntualidad. Se encontraban preparando los debates y ponencias al más alto nivel científico cuando llegaron SUSAN y SUAL. Pero no vayan a creer, SUSAN y SUAL no eran dos monas azafatas de congresos, ni dos pilinguis contratadas para el divertimento de los próceres, SUSAN era SU SANTIDAD, el PAPA, y SUAL, SU ALTEZA el Príncipe FELIPE, LETICIA no pudo asistir porque estaba con antojos propios de las princesas embarazadas y antojadizas.
Cuando todos estaban de acuerdo en la conclusión final sobre el tema tratado, si era mejor el café con leche o leche y leche, llegó ZAPATERO, que venía con retraso, había perdido a RUBALCABA en la T-4, y dijo: ¡ Solo!
Al final, tras catorce horas de reunión ininterrumpida, tomaron la sabia decisión de vaciar los ceniceros. Al cabo de un rato se volvieron a juntar, todos en silencio, hasta que MARÍA TERESA FERNÁNDEZ DE LA VEGA dijo: ¡ BINGO! , y comenzaron otra partida.