jueves. 28.03.2024

1.- Primero fue David Rocasolano, primo de la mujer del rey Felipe, Letizia Ortiz, el que escribió y publicó, con grandes dificultades editoriales, “Adiós, Princesa”. Un libro interesante, para conocer el idilio y el post idilio del hijo de don Juan Carlos y de su novia, hoy mujer. Evidentemente, David Rocasolano se guardó en el tintero muchas cosas, pero describió otras muy graciosas, como el pedo (versión borrachera) del abuelo taxista de la esposa de don Felipe, durante una fiesta privada con motivo del enlace. Del primo de Letizia, que es abogado en ejercicio, poco más se supo, pero ahora es Alonso Guerrero, el ex marido de Letizia Ortiz, quien se atreve con una novela, relato o ensayo –no lo he leído, ya hablaremos— sobre su experiencia como ex consorte y sobre la presión que soportó cuando su ex mujer, que hasta hacía pocos meses antes de conocer a Felipe era la novia de un presentador de Canal+ llamado David, se prometió nada menos que al heredero de la Corona española. Está claro que esta joven ha hecho una buena carrera, ha picado muy alto y ha sido elevada a la categoría de reina, a pesar de su origen humilde, en una especie de devaluación de la tradición monárquica, matrimonio morganático aceptado a regañadientes por el hoy rey emérito. Ha vivido un cuento de hadas esta chica, con una vida intensa de juventud, que naturalmente habrá enriquecido su párvula existencia. La novela de Alonso Guerrero se titula “El amor de Penny Robinson”. Un título muy inglés, como se ve. Veremos lo que da de sí esta pieza, escrita por alguien que vivió en la más absoluta discreción los aconteceres amorosos y reales de la que había sido su esposa. Naturalmente, Letizia es hoy una mujer muy distinta, educada bajo los parámetros de una Casa Real tradicional, convertida la nueva reina al monarquismo, católica, hablando inglés, rehabilitada por la Iglesia de Jesucristo, que suele rehabilitar a los ricos y sumir en sus rígidas normas a los menos pudientes, poniéndoles toda clase de obstáculos cuando estos quieren disolver un matrimonio. En fin, leeré “El amor de Penny Robinson” y ya les contaré a ustedes más cosas sobre lo que lea. Parece que hay claves interesantes en el relato.

2.- Está Rajoy preparando una sesión del Congreso, que será épica, el pleno monográfico sobre las pensiones. La muerte del PP vendrá por los viejos, que son legión y votantes de la derecha, pero que se sienten traicionados por Rajoy y el PP y que ahora tienen otra derecha a la que entregar sus votos: Ciudadanos. Las pensiones en España son ridículas, toda una afrenta para los que han salvado el país y para los que han acogido en sus casas a sus hijos y nietos sin empleo (es decir, el tejido social más perjudicado) durante la mayor crisis que se ha vivido en este país desde la guerra civil. Espero que Rajoy no los engañe, como engañó a las pymes con la pomposa tarifa plana de la Seguridad Social, que resultó ser una filfa, una trampa. En fin, que el PP se juega su futuro en un pleno incierto, tan duro como la defensa de una cuestión de confianza o como el debate de una moción de censura. Habrá que esperar y habrá que saber de dónde saldrá el dinero para pagar más a los viejos y premiar su esfuerzo. Mientras, se publica el sueldo de Guindos en Bruselas: 300.000 euros al año, más dietas, viajes, chófer, coche, dos asistentes, piso y quién sabe si el colegio de los niños. Todo un agravio comparativo, pero así funcionan las instituciones europeas y así actúa el PP, casi todos de cuyos dirigentes son registradores, banqueros y abogados del Estado. La elite. Pero otras elites han caído. Y los ricos también lloran.

3.- Los andaluces (“andaluces de Jaén, aceituneros altivos”, dijo el poeta) crearán otro Podemos, separado del magisterio de Pablo Iglesias, cada vez más en la inopia y cada vez más dicente de disparates. Es el comienzo del final de las mareas, de los tsunamis y de los cataclismos de un volcán. Pablo no es el mismo desde que se separó de aquella novia mujerona, a la que luego escondió en el Congreso detrás de una columna, como descubrió me parece que Jiménez Losantos. La izquierda es vengativa la jodida. Ahora tiene otra novia a su vera, pero no es lo mismo. Esta Irene (Montero) es frágil de apariencia y aguerrida de actitud. Lo que pasa es que ahora se hace difícil hablar de las mujeres, porque casi todas se lo toman a mal y le pueden armar a uno tremendos líos. Ese dirigente catalán que dijo que había que elegir consejera a la que tuviera las tetas más grandes ya vaga por la Barcelona y la Tabarnia como un alma en pena. ¿A quién se le ocurre decir eso, aunque fuera en una conversación privada, en los tiempos más terribles del machismo embriagador? Bueno, pues ya tienen temas para toda la semana, porque yo no pienso escribir una línea más.

Es una publicación de El Diario de Tenerife.com

Otro libro sobre Letizia
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