jueves. 08.05.2025

1.- Es terrible lo que está pasando en CajaCanarias. La Banca Incívica, que ayer quedó desintegrada, despliega, en sus estertores, una terrible represión entre los empleados de la querida entidad tinerfeña. Desoyendo los principios básicos del acuerdo con los sindicatos, no es muy ortodoxo, ni muy digno, que jóvenes embarazadas, incluso, reciban presiones en los pasillos para que acepten bajas temporales voluntarias, porque los directivos no han logrado que el número de jubilaciones y bajas que exigía CaixaBank se cumpliera. Hubo lágrimas entre gente de nuestra Caja de toda la vida. Y la entidad no merece este final. La Banca Incívica, incluso, ha vendido a una voraz empresa de cobro de morosos los créditos vencidos de clientes, también de toda la vida, de nuestra Caja, abrumados por la crisis. Ahora los dueños del crédito son gentes sin corazón y sin rostro que se abalanzarán sobre los acreedores con terrible apetito recaudador. Qué barbaridad. No seré yo quien recomiende a los tinerfeños, a los canarios, que saquen su dinero de ahí, pero realmente me parece terrible lo que están haciendo con empleados y clientes.

2.- La Banca Incívica fue sólo una entidad de transición que nos engañó a todos. Incluida una persona decente, Álvaro Arvelo, presidente de la Caja tinerfeña, que quedó sepultado ante el apabullamiento de Goñi y Pulido, los liquidadores de la Banca Incívica. Confieso que hasta yo piqué. Pensé que esa fusión era lo mejor para CajaCanarias, ante la imposibilidad de crear un banco isleño con las cuatro cajas del Archipiélago. Ahora una de ellas, Cajasiete, está realizando una labor extraordinaria dirigida a la sociedad a la que sirve. Felicito a sus dirigentes. Espero no equivocarme otra vez demostrándoles mi entusiasmo y mi reconocimiento por su labor.

3.- La dura nota de los sindicatos de CajaCanarias no hace más que confirmar los motivos de mi indignación. Gente fantástica sale de la Caja. Pondré un ejemplo: Ángel Galán Arteaga. Este hombre, todavía director de la oficina principal, un caballero, se ha pasado la vida velando por el prestigio de la entidad tinerfeña. El viernes de la próxima semana dejará su puesto. La Caja, sea cual sea su filosofía futura, sentirá su ausencia. Y una advertencia al poderoso CaixaBank: la "limpieza laboral" que le ha hecho la Banca Incívica antes de tomar las riendas de CajaCanarias tenían que haberla evitado los nuevos compradores catalanes. La sociedad tinerfeña, por muy jodida que esté, por muy en manos que esté de CaixaBank y de La Caixa, no les va a perdonar esto. Aunque sea lo último que haga, juro que me encargaré de que no se olvide lo que han hecho. Aunque me convierta sólo en un pequeño grano en el culo de los catalanes que vienen.

achaves@radioranilla.com

La banca incívica
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