Nos sorprende que un hombre político de vocación y capacitado para la política doga ahora adiós de una manera tan repentina. ¿Lo hace con amargura?
No, ya lo dije a quién tenía que comunicarlo primero, a Juan Fernando López Aguilar. Es un tema que ya tenía negociado con el secretario general de los socialistas canarios hace más de un año. Lo que pasa es que no se podía adelantar hasta que no estuvieran las cosas hechas.
Después de estar en el Parlamento nacional, presidiendo la Comisión de Exteriores, después de hacer múltiples publicaciones que hoy sirven de manual a los alumnos de Derecho. Cuando se ha hecho infinidad de intervenciones en el Parlamento europea, irse con todo eso a las espaldas ¿pesa o se quita usted un peso de encima?
Llevo 23 años ya en el Parlamento europeo. Y si se suman cinco años en las Cortes españolas ya son 27 años en política, cinco legislaturas en Europa y dos en las Cortes. Es un récord. Ya he hecho todo lo que tenía que hacer y trabajé lo que pude.
Sin embargo siempre se le ha notado con mucha ilusión con su trabajo, a pesar de todos los años que lleva viajando de un lado a otro.
Hay un punto en el que hay que cambiar, que ya es la mitad de la vida. Ahora tengo que hacer algo más. Tengo unos proyectos, pero no los quiero adelantar hasta que no se produzcan. No hay nada peor que adelantar las cosas para que luego no salgan. Y desde luego siempre seguiré interesado en la política, echando mi grano de arena, pero ya sin responsabilidades de parlamentario, que son muchos viajes, muchas historias.
¿Se va satisfecho con lo que ha hecho en Europa?
He hecho lo que he podido. Para España este periodo no es una labor mía, sino del Partido Socialista, que el partido que más se ha movido en el ámbito europeo. Y ha supuesto la transformación de España, un país que estaba enquistado y poco desarrollado. Ahora España es un país distinto al que conocimos cuando éramos niños. Había menos hipotecas, pero había hambre. Además que en aquella época a menos que fueras el dueño de media Geria no te daban ninguna hipoteca.
¿Se va a Bolivia?
Sí, voy de presidente de la Comisión de Observación Electoral de la Unión Europea. Estaré desde el jueves de esta semana hasta el miércoles de la semana que viene. Estaré de observador del referéndum que ha planteado el presidente Evo Morales para una nueva constitución para Bolivia. Hay bastantes dificultades, porque hay regiones que se oponen a las propuestas del presidente. Espero que todo acabe pacíficamente, pero Bolivia es un país de espasmo, dónde en un momento puede explotar todo. Un país absolutamente impredecible, muy complejo, con enfrentamientos entre movimientos indígenas y lo que podríamos llamar criollos. Un país con un gran potencial económico y con gran pobreza, por otro lado.
Es una gran contradicción.
Efectivamente. Es uno de los países más ricos del mundo y al mismo tiempo uno de los más pobres. Antiguamente en Bolivia estaba la explotación de plata Potosí. Es además un país muy rico en metales, como estaño. Tiene además petróleo y gas natural, además de una zona de agricultura importante. Y por otro lado tiene una gran masa de gente muriéndose prácticamente de hambre. Algunos vienen a trabajar a España, pero otros que se quedan lo pasan muy mal.
¿Cree que puede haber conflictos en ese proceso de referéndum?
Sí, puede haberlos. Hay una anécdota de un presidente al que colgaron. Lo colgaron los estudiantes, que al hacer una manifestación entraron al palacio y una vez allí decidieron colgarlo de una farola. Y en un momento determinado vienen los mineros con la dinamita y empiezan a tirarla. Un país bastante violento y aunque en los últimos meses hay tranquilidad, hace unos meses hubo una confrontación violenta. La misión nuestra es tratar de tranquilizar, pero no tan fácil.
¿Y no da miedo ir y meterse allí?
No, yo no tengo miedo. Hay que saber que es una situación muy distinta a como sería por ejemplo estar en Haría. América Latina es una sociedad con muchos conflictos, muchos problemas, con un alto nivel de violencia en estos momentos, y cada vez que tienes que ir a un país latinoamericano hay que enterarse bien de la situación de cada momento concreto.
¿Conocía Bolivia antes?
Estuve sólo una vez en el aeropuerto. Le contaré que ir de la pista a la sala de espera fue como si llevaras un saco de papas de 200 kilos sobre la espalda. Falta oxígeno, cambia mucho la presión por la altura en la que se encuentran muchas ciudades. Una cosa increíble. Hay gente que tiene mareos.
Volviendo al tema del Parlamento europeo, ¿de qué se siente más satisfecho?
Estuve hace muchos años preparando la integración de España en la Unión Europea. Y entre los temas que se trataron estuvo el Estatuto de Canarias en la Unión Europea, que es un estatuto creo bastante adaptado a las necesidades de Canarias. Creo que el resultado es bueno, aunque ahora estemos en un momento de crisis. Pero la crisis la habríamos pasado de todas formas.
A propósito de la crisis, ¿cree que será tan larga en el tiempo como adelantan algunos?
Yo creo que no. Los indicadores de las bolas así lo hacen pensar con las últimas subidas. La inflación está contenida. Por otro lado está la bajada del precio del dinero. Los bancos están más o menos situados sin que se produzca la crisis bancaria. Lo que sí hay es una crisis inmobiliaria que va a durar. Otros sectores como el turismo han aguantado el embate. Hay otra serie de sectores que siguen funcionando, como la agricultura.
¿Repuntará la economía en el periodo de un año?
Sí, pero lo que pasa es que se sabe cuando se entra en una crisis, pero no cuando se sale. Pero siempre se sale y cuando es así la gente se olvida enseguida. Cuando empezamos a ganar dinero y gastar nadie habla ya de crisis. En cada década hay una crisis, como la ha habido en Canarias en los 60, 70 y en otras décadas. Hay una serie de factores, como las guerras de los Estados Unidos, en estos momentos además las crisis de Israel y Ucrania no han ayudado, pero creo el nuevo presidente de Estados Unidos nos ayude a encarrilar la situación. Todo el mundo espera que resuelva los problemas que ha creado Bush. No se sí podrá, porque hay que reconocer que el presidente Bush en sus ocho años de gobierno se ha lucido, primero con la guerra y luego con la crisis. Ha sido el peor presidente de la historia de Estados Unidos.