viernes. 02.05.2025
Inés Rojas / consejera de Bienestar Social, Juventud y Vivienda del Gobierno de Canarias

“Este es el Gobierno de las personas, y si hay una Consejería especialmente indicada para hablar así, es precisamente esta”

“El cambio de nombre de la Consejería implica un cambio en la concepción política de lo social. Ya no estamos hablando de unos servicios sociales de asistencia, de solucionar el problema cuando ya está creado, sino de ver qué podemos hacer para evitar que surjan determinados problemas”

Inés Rojas expone en esta entrevista los principales retos que afronta como consejera de Bienestar Social, Juventud y Vivienda del Gobierno regional. El cambio de nombre de la institución [antes se llamaba Consejería de Asuntos Sociales] revela, en su opinión, la nueva filosofía del Ejecutivo a la hora de afrontar lo social, favoreciendo las políticas preventivas frente a las asistenciales. La consejera, que pretende mantener su residencia en Lanzarote, anuncia que su primer viaje oficial a la Isla será en septiembre.

- ¿En qué aeropuerto está usted?

- Esa es una buena pregunta... en Lanzarote. Salgo de aquí todos los días por la mañana Hoy voy a Tenerife, a media mañana a Gran Canaria, y de vuelta a Lanzarote, por la tarde-noche.

- ¿Y eso?

- Porque ya que la familia hace su parte de sacrificio, lo menos que puedo hacer es sacrificarme yo y llegar todos los días a casa. Es bastante importante llegar a casa todos los días, aunque sea tarde. De momento no noto el cansancio.

- La Consejería, ¿está instalada en Tenerife o en Gran Canaria?

- La sede, tal y como se acordó en el primer Consejo de Gobierno, está en Tenerife, lo que ocurre es que yo estoy al unísono en Gran Canaria y en Tenerife. Los servicios están duplicados en las islas más grandes y a efectos de trabajo prácticamente no hay diferencia.

- ¿Es una Consejería muy complicada?

- Es una Consejería delicada. Todo lo que sea trabajar con las personas y por las personas... son consejerías más delicadas, más exquisitas... pero a los que nos gusta la política, nos gusta trabajar con la gente. Tal y como dice el presidente, este es el Gobierno de las personas, y si hay una Consejería especialmente indicada para hablar así, es precisamente esta. Es un reto importante, bonito y creo que tiene muchas gratificaciones.

- ¿Entre sus competencias están los menores inmigrantes?

- La palabra “menores” está ya muy estigmatizada, cuando hablamos de menores todo el mundo entiende que estamos hablando de menores inmigrantes que no llegan acompañados y que estamos obligados a tenerles en el país al que llegan. Ya hemos escrito al ministro [de Trabajo y Asuntos Sociales] Caldera porque lo que se ha acordado es que Canarias, con la población que tiene, debiera tener 300 chicos y no 700 u 800 que hemos tenido. En estos momentos estamos rondando los cerca de 700 y estamos pidiéndole que [el Estado] vuelva a redistribuirlos. No debemos tenerlos en centros de emergencia, como les tenemos, sino repartidos por todo el territorio español.

- Pero su Consejería también se ocupa de otros menores...

- Efectivamente, eso es una parte. Luego están los chicos con medidas judiciales a los que tenemos que tratar exquisitamente para lograr que no sean delincuentes en el futuro. Y también tenemos a los menores que están declarados en situación de desamparo y están tutelados por el Gobierno. Es una situación dura porque estos niños se ven apartados de su entorno familiar por las circunstancias que todos nos podemos imaginar, y vamos buscando dentro del mismo entorno familiar algunas personas que quieran hacerse cargo de ellos, y eso casi nunca es posible. Tampoco se permite la adopción, por lo que tenemos una situación bastante delicada con estos niños. Para que no crezcan pensando que nadie les quiere, debemos demostrarles que la sociedad también se preocupa por su situación.

- ¿Ya tiene el equipo completo?

- Sí, prácticamente, a la espera de que Orlando Umpiérrez tome posesión como gerente de la Fundación para la Juventud Canaria que, como saben, ha sido una apuesta mía, el resto de la gente, las directoras generales, el director general de la Vivienda, la viceconsejera ya les tenemos. Yo me apuré bastante para tener conformado el equipo porque esta Consejería requería que nos pusiéramos manos a la obra de forma inmediata, y así lo hemos hecho. Estamos trabajando con un equipo bastante bueno, tenemos a Carmen Steiner, de Lanzarote, una persona muy preparada, que además es letrada y, en el campo del menor que le ha tocado, eso es una garantía. Me siento bastante arropada, además de que trabajamos en equipo. Todos los lunes hacemos los Consejos Directivos y estamos trabajando unidos, como debe ser en esta Consejería especialmente.

- Lanzarote mira con ansiedad a la consejera. Aquí hay menores con problemas, que delinquen. También preocupa el tema de la vivienda, tremendamente deficitario en nuestra Isla. ¿Cuándo vendrá de visita oficial?

- Tendrá que ser ya a partir de septiembre. Estamos organizándonos para establecer un calendario. El Ayuntamiento de Arrecife ya se ha puesto en contacto conmigo, y entre septiembre y octubre queremos recorrer todas las islas. Pretendemos llegar a todos los rincones del Archipiélago para que vayamos exponiendo la propuesta que hacemos nosotros desde la Consejería ante los problemas que ya tenemos. Pero fundamentalmente, lo más importante de todo es cómo prevenir los problemas, cómo podemos evitar que con el cambio de nombre que tiene la Consejería, no estemos hablando de unos servicios sociales de asistencia, de solucionar el problema cuando ya está creado, sino ver que podemos hacer para evitar que surjan determinados problemas. Y en ese sentido, tenemos un plan de actuación importante, bastante interesante y posible de llevar a la práctica. Pero solo es posible si el Gobierno trabaja, que es lo que pretendo, que el Gobierno sea Gobierno y facilite, garantice y sea el observador de los ayuntamientos y cabildos, que son los que más cerca están de los ciudadanos, para que presten esos servicios de calidad por los que todos estamos apostando.

- ¿Está bien dotada económicamente su Consejería?

- La situación económica de la Consejería yo no diría que está mal, lo que ocurre es que ahora, como pretendemos poner en práctica una política de prevención, no solo una política asistencial, requerirá un impulso humano y económico mayor. El cambio de nombre de la Consejería implica un cambio en la concepción política de lo social. Pretendo que los profesionales, tanto de lo social, atendiendo tanto a Juventud como a Mujer, sean unos profesionales reconocidos, que tengan un trabajo estable.

No se trata sólo de construir carreteras o unas infraestructuras determinadas, sino que hay que contar con una población con un bienestar suficiente para que pueda hacer un buen uso de ella. Y eso es prioritario. Las personas son lo primero, y por eso vamos a necesitar una mayor inyección económica. Sobre todo para poner marcha la Ley de Dependencia, que tantas dificultades nos está entrañando a todos para aportar por ella, ya que el estado aún no tiene fecha para firmar ese convenio y no ha dado ni un solo euro para poner en marcha esta ley.

- ¿Cuáles son sus principales retos?

- Tienen que ver con las distintas áreas de la Consejería. En inmigración, nuestro reto principal está en elaborar un plan para favorecer la integración real de las personas que ya conviven con nosotros. Tampoco nos negamos a ayudar al Estado y a Europa a controlar esos flujos migratorios que nos llegan. Asimismo, a exigirles que hagan más de lo que están haciendo. En vivienda el gran reto es que la mayoría de los canarios tengan la posibilidad de acceder a una vivienda a un precio bastante accesible. Si hay que hacer desde el Gobierno de Canarias la gestión que sea para que un Ayuntamiento no esté diez años con su plan general... En el tema de los menores queremos prevenir con una política integral e integradora, de forma que no trabajemos solo en una línea, sino desde la Sanidad, la Justicia y los Servicios Sociales. En cuanto a la Mujer, hemos avanzado muchísimo en el reconocimiento de la mujer como persona en igualdad de derechos con los hombres, pero en algo hemos fallado y estamos pensando que igual tenemos que coger de la mano a nuestros chicos, a nuestros hombres y trabajar conjuntamente para sacar esa ley de trato de igualdad entre hombres y mujeres. Por último, poner en marcha la ley canaria de juventud para que tengamos esos consejos insulares de jóvenes en los ellos sean los partícipes y dueños de lo que necesitan.

“Este es el Gobierno de las personas, y si hay una Consejería especialmente indicada...
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