domingo. 11.05.2025

Mal empezamos este mandato insular que se avecina. Si malo fue el anterior, con nada menos que siete presidentes que se sentaron (en algunos casos de forma muy breve) en el sillón presidencial, qué decir de lo que viene ahora. Y es que, estimado lector, no puede salir nada bueno de unas elecciones al Cabildo Insular de Lanzarote en las que las tres fuerzas políticas con mayor representación -Partido Socialista Canario (PSC), Partido de Independientes de Lanzarote (PIL) y Coalición Canaria (CC), por este orden- han obtenido seis consejeros. Es decir, un 6-6-6. ¿El número de la Bestia? Sí, debe ser de la Bestia de la política. ¿Es Dimas Martín la Bestia, o se queda en Diablo de Timanfaya? Santiago Segura podría hacer una gran película con todo lo que pasa en Lanzarote. Propongo que se llame “El día de la Bestia II, gobierna o revienta”.

No, no es muy buen augurio el que nuestro destino político esté marcado en la principal institución de la Isla por este número. ¿Es el anuncio de un periodo apocalíptico? Pues no lo sé, espero que no. Espero que sólo sea el anuncio de una forma chunga de enredar los posibles pactos poselectorales que se tienen que hacer ahora. A mi modo de ver la cosa está bastante clara: PSC-PIL o PIL-PSC. Lo demás está más complicado.

Como a estas horas ya estarás aburrido de que te machaquen con los resultados electorales, un servidor se va a limitar a hacer un pequeño análisis de lo que entiende que ha sido lo más destacado de la interesante jornada electoral que vivimos el domingo. También de lo que puede pasar a partir de ahora.

El PIL

Tengo que empezar por ellos, por el PIL. Sin duda alguna, como escribí hace unos días (no quiero decir aquello de que lo dije, pero es que lo dije), los independientes se convirtieron en los principales protagonistas de la noche. Contra todo pronóstico (ahora salen muchos videntes estilo Rappel diciendo que lo habían vaticinado), no sólo no obtuvieron un descenso en su posicionamiento institucional sino que consiguieron empatar con la fuerza política más votada en Arrecife y en el Cabildo, provocaron una hecatombe en Teguise y no entraron en el Parlamento regional por la aplicación de un sistema electoral tan injusto como prescindible. No cabe duda de que hay que felicitar al joven plantel que se tuvo que enfrentar al difícil reto de intentar salir a hombros o a gorrazos de estos comicios. Finalmente fue lo primero, y lo hicieron por la puerta grande. Alguien me dijo que Dimas Martín estaría triste el día de las elecciones, al pensar que él ya no era imprescindible, que lo habían jubilado. Creo que se equivocan los que piensan así. No sólo estará contento por haberle dado en el morro a los que entiende que le traicionaron sino por ver que dos de sus hijos hicieron un papel dignísimo y el resto de los jóvenes que echó a los leones salvaron los muebles de un partido que se ha consolidado definitivamente. Además, Dimas estuvo más que presente en la campaña, perfectamente dirigida por los de siempre, Manolo, Matías, Modesto y compañía. Enhorabuena.

CC

Lo de CC tiene a mi juicio varias lecturas. En primer lugar, tenía muy claro que en Arrecife no iban a repetir los resultados que obtuvo el PIL en los anteriores comicios con María Isabel Déniz al frente, pero jamás llegué a pensar que se podrían pegar un batacazo como el que se pegaron. Ahora, me niego a subirme al confortable carro del linchamiento a la todavía alcaldesa. Todo el mundo, incluso muchos de los que le dieron palmaditas en la espalda el domingo por la mañana, reniega de ella y se alejan como si tuviera la peste. Ni antes era tan buena ni ahora es tan mala. El problema de CC en Arrecife ha estado por encima incluso de María Isabel Déniz, a la que desde luego nadie ha sabido asesorar y a la que nadie ha sabido guiar correctamente en estos últimos cuatro años. Su imagen, la mala imagen que tiene entre los ciudadanos, jamás ha sido contrarrestada con argumentos que cualquier asesor político con algo de preparación e inteligencia habría puesto sobre la mesa de reuniones de la Alcaldía de forma inmediata. Salvo gente como Juan Ferrer, que ya dijo antes de las elecciones que se iban a estrellar en Arrecife, la mayoría no dijo ni pío. Ahora que no se lamenten. Eso por lo que se refiere a su colisión frontal con las urnas. Por lo demás, los resultados de CC tampoco son tan malos. No por lo menos como algunos los pintan. Han ganado Tinajo y Haría, en el caso del primer ayuntamiento con una mayoría insultante, han ganado muchos concejales en Teguise, tienen posibilidades de gobernar en Yaiza, han sido la segunda fuerza política al Parlamento si no contamos al PIL, y han empatado con socialistas e independientes en el Cabildo. No es para echar voladores, pero tampoco es para tirarse por el Risco de Famara. Donde se han pegado la gran torta ha sido en Canarias en su conjunto. La idea de Paulino Rivero de quemar definitivamente a José Carlos Mauricio -que lo han quemado- ha salido muy cara. Diga lo que diga el pequeño político de El Sauzal, diecinueve diputados son muy pocos diputados. Más si finalmente el Partido Popular (PP) cumple con lo que dijo este martes y se mantiene en la oposición, lo que dejaría libre el camino a Juan Fernando López Aguilar para conformar gobierno.

El PSC-PSOE

El Partido Socialista ha sido sin duda el triunfador en las elecciones locales de Lanzarote. Los números así lo indican. Sin embargo, entiendo, como así me han manifestado varios dirigentes del partido, que tampoco están como para sacar mucho pecho. Esperaban sin duda un mejor resultado en el Cabildo, esperaban no perder la mayoría absoluta en Tías (aunque alguno se alegre porque José Juan Cruz hizo la campaña por su cuenta), creían que Olivia Cedrés tenía que hacer un mejor papel en Yaiza y esperaban que Enrique Pérez Parrilla hubiera obtenido más concejales en Arrecife. Lo demás está muy bien, sobre todo los cuatro parlamentarios y su 30 por ciento de votos insulares y la mayoría de Marcial Martín en San Bartolomé. Donde dieron la campanada sin duda fue en Canarias; el ex ministro de Justicia ganó con holgura y con un plagio a cuestas y su maestro Jerónimo Saavedra se consagró como exponente de pasado, presente y futuro de la política del Archipiélago, no sólo arrasando en las elecciones al Ayuntamiento de Las Palmas sino hundiendo en la miseria a uno de sus mayores adversarios en los últimos treinta años, José Carlos Mauricio. Toda una proeza.

El PP

El PP ha tenido, como casi siempre, luces y sombras. Luces como su situación en el Parlamento, su aumento de concejales en Arrecife y, sobre todo, su espectacular crecimiento en Tías. Sombras por todo lo demás, por su papel en Yaiza, en Haría, en Tinajo, en Teguise y en San Bartolomé. El partido, como la mayoría, necesita cambios importantes que supongo que se producirán después del congreso que ahora sí se convocará casi de forma inmediata. En el resto de Canarias, tres cuartos de lo mismo, algunas luces y muchas sombras, especialmente en el feudo de su presidente regional, un José Manuel Soria que debería dimitir, sobre todo después de anunciar este martes que su partido se quedará en la oposición en el Parlamento. Si la orden viene de Madrid, cosa que negó, me parece de una torpeza tremenda. Si la orden partió de aquí abajo, me parece de una torpeza tremenda. No era el momento de anunciar algo así, salvo que uno tuviera muy claro que no tiene posibilidades de entrar en el Gobierno o de rascar participación en gobiernos aquí y allá a base de mantener la tensión que los otros dos grandes partidos sí están manteniendo.

El PNL

El Partido Nacionalista de Lanzarote (PNL) fue uno de los pequeños triunfadores de la noche electoral. Primero, porque vieron cómo sus antiguos compañeros de CC se estrellaban en varios lugares. Segundo, porque consiguieron cubrir sus mejores expectativas, que no pasaban de dos o tres concejales en Arrecife, meter un consejero en el Cabildo e intentar no perder por mucho en Yaiza. No sólo no perdieron en Yaiza, campañas en contra de José Francisco Reyes al margen, sino que volvieron a ser la fuerza política más votada. Además, la candidatura que encabezaba Juan Carlos Becerra consiguió dos consejeros del Cabildo. Pedro de Armas, como era de esperar, cumplió en Arrecife. Han hecho una buena campaña. Espero que feliciten a sus responsables.

El CCN

El Centro Canario (CCN) fue sin duda una de las decepciones de la noche electoral. Y lo fue no sólo por el tremendo derroche económico que hicieron para conseguir los resultados que luego no se produjeron, sino por el importante plantel político que habían conformado. Algo falló, y no creo que fuera la campaña, que estuvo magníficamente llevada, especialmente en lo que a mensajes radiofónicos se refiere. Entiendo, como también dijo este martes Rafael de León, que no es tiempo para tirar la toalla, y sí para intentar que la formación se consolide, si es que hay ganas de hacer algo importante dentro de cuatro años.

Alternativa e Isla

La otra gran decepción de la noche electoral la constituyeron Alternativa Ciudadana e Isla Alternativa. Aquí también debo decir que lo dije. Lo advertí, como lo advertimos muchos, en el mismo momento en el que este hermoso proyecto político se prostituyó por los personalismos. Arrancaron de cuajo la ilusión de mucha gente que confió en ellos, de muchos ciudadanos que este domingo no se molestaron siquiera en ir a votar y engordaron la lamentable lista de abstencionistas. Muy triste. Salvaron un poco los muebles en Arrecife, y poco más. Pero no sólo cometieron el error de dejar que los personalismos estrangularan el proyecto. Hace mucho tiempo que están haciendo la campaña electoral a otros partidos, que han sabido aprovecharse de su esfuerzo y de la unidireccionalidad de su discurso. Un error.

PD: ¿Alguien que investigue estas cosas me puede decir qué pasa con el 666 del Cabildo, es peligroso, la población debe temer algo?

666, el número de la Bestia de la política
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