viernes. 04.07.2025

Mario Crespi

Es muy difícil describir América Latina, un continente que, a su tamaño y sus diferencias climáticas, tenemos que agregar que es un crisol de razas y culturas. Antiguas civilizaciones como la azteca y maya en México o la inca en el Perú, mezclada con la cultura impuesta por los conquistadores españoles y portugueses. A eso le agregamos toda la influencia africana a través de la siniestra práctica de la esclavitud, y por si fuera poco, toda la inmigración europea de los siglos XIX y XX, que de tantos lugares y tanta gente con el sueño de “hacerse la América”, llegaron a sus costas. Toda esta mezcla ha formado el ser latino-americano, mal conocido y peor aún identificado por sus peores ejemplos: la corrupción, el tráfico de drogas, la prostitución.Expresiones “república bananera" “sudacas” indiecitos indolentes son tan comunes y tantas otras formas de menospreciar a gentes cuya cultura y educación la hemos recibido mayormente de Europa. Que ironía, como si la corrupción, las dictaduras y la pobreza fueran un patrimonio cultural de América. Pero toda moneda tiene dos caras, y América Latina ha contribuido, y mucho, a la cultura universal, si tenemos en cuenta la corta edad de este vasto y verde continente. En la arquitectura, la pintura y el diseño quizás no haya grandes nombres, pero hay grandes obras. La contribución a las ciencias y al conocimiento también ha sido muy importante. Pero como siempre mi tema es la literatura y podría enumerarles una extensa lista de escritores y poetas, a los cuales considero que vale la pena leer. Jorge Luis Borges, José de Alencar, Pablo Neruda, Rubén Darío, Juan Carlos Onetti, Amado Nervo y tantos otros que han enriquecido la literatura, la poesía y el teatro, aportando nuevos estilos y en algunos casos hasta un nuevo lenguaje, como es la poesía gauchesca de José Hernández en su Martín Fierro. La literatura latino-americana se ha caracterizado en mayor medida por su crítica a la sociedad clasista, a la explotación, no de las minorías sino, aunque suene paradójico, de sus mayorías. Las canciones de protesta quizás se hayan inspirado en ella.

Rincón de la Poesía

Quiero contarte mi vida.

Pero como describir

la pasión sin medida

que me hace vivir

como una eterna despedida

cada vida cada día.

Como un frasco de elixir

lleno de magia, de alegría

que transforma lo normal

en desaforo hormonal,

en desmedida locura.

Quiero invitarte a sentir

la libertad sin destino,

el dulce desatino

de responder sin mentir

que no se adonde voy,

Que no tengo ayer ni hoy.

Y el mañana talvez

me haga ver otra vez

que vale tanto vivir

porque el final es morir

Pantaleón y las Visitadoras nos muestra en Vargas Llosa, su sentido del humor. Nos dice “Intenté contar esta historia en serio. Descubrí que era imposible”.En una satírica crítica a la hipocresía, representada en este caso por el Ejército peruano, que ante los desmanes cometidos por sus soldados en el interior de la Amazona, comanda a Pantaleón Pantoja, organizar un grupo de meretrices para aliviar a la tropa. Con un estilo nada convencional, nos describe las vicisitudes, de este eficiente oficial, para cumplir su difícil misión. Una novela un poco caótica, que se desarrolla, no a través de un relato, sino de los diálogos de sus personajes y los informes de Pantaleón sobre las “prestaciones” de sus pupilas al incorporarlas al ejército. El mérito del autor es que deja hablar a sus personajes, y así, sin describirlos, los hace reales. En la selva Amazónica todo puede suceder.

Jorge Mario P. Vargas Llosa.

Arequipa, Perú 1936.

Vivió en Cochabamba, Bolivia su juventud. Estudió Letras en el Perú y obtuvo el Doctorado en Letras en Madrid. Su primera novela de éxito fue La Ciudad y los Perros. Autor de La Guerra del fin del Mundo, La tía Julia y el escribidor.

Una de las caras más terribles de América Latina es su inseguridad. En “Noticia de un secuestro” García Márquez nos la muestra en un descarnado relato de siete secuestrados y sus captores. El autor vuelve a sus raíces periodísticas, y con verdadero oficio de reportero, con una obsesión por el detalle, convierte la monótona vida cotidiana de los cautivos, en un relato atrapante. La narración pasa de un personaje a otro sin brusquedad, consiguiendo reflejar los sentimientos, tan dispares, de estas víctimas de esa violencia sin sentido, que ha sido parte de la historia diaria de Colombia. Y logra esto sin recurrir al monólogo interior.

El mayor logro de esta novela es que, sin recurrir a descripciones truculentas, nos hace sentir todo el horror y el sufrimiento. La historia no esta en los muertos sino en los que los sobreviven.

Gabriel José García Márquez.

Aracataca, Colombia 1928.

Periodista. Su carrera de escritor comienza con La Hojarasca donde surge el mítico pueblo de Macondo y un viejo coronel, temas recurrentes en su obra. Autor de El otoño del patriarca, Cien años de soledad, y Crónica de una muerte anunciada.

Jorge Amado logra simbolizar en esta mulata, toda la fuerza y sensualidad del pueblo brasilero. Ambientada en Ilhéus, tierra de cacao y “coroneles” en la década del 20, donde la infidelidad de una esposa era motivo de muerte. Nacib, un comerciante sirio, contrata a Gabriela, una hermosa, inocente y fogosa mulata, como cocinera y la convierte en su amante. Su incomparable sensualidad y sus dotes de cocinera la convierten en una atracción irresistible y Nacib pretende, casándose con ella, encerrar esa fuerza de la naturaleza en una jaula dorada. Amado, cambia su novela histórica por una costumbrista que refleja con humor y desenfado la misma realidad de esa Bahía tórrida y dominada por el poder y el dinero. La visión simple del pueblo y el día a día, se ven reflejados con una claridad meridiana. Casi un poema.

Jorge Amado.

Bahía, Brasil 1912 - 2001.

Hijo de un hacendado, pasó su infancia en Ilhéus. Publicó su primera novela El país del Carnaval en 1931. Militante comunista fue obligado a exiliarse en Argentina y Uruguay.

Autor de Tierras del sin fin, Doña Flor y sus dos maridos.

Análisis Literario
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