Mario Crespi
Escribir no es nada fácil, y escribir siempre bien es tarea casi imposible. Todo escritor tiene sus malos momentos. Falta de inspiración, presión de sus editores, bajones emocionales, alcohol y un sinnúmero de problemas que le obnubilan el pensamiento creativo. En el cine lo vemos cuando alguno de esos actores que nos acostumbramos a ver siempre en excelentes papeles, nos asombran participando en una mala producción. Yo lo defino como que tenía cuentas que saldar y no pudo elegir mejor. Para nosotros simples mortales y que no figuramos en la lista de los dioses del Olimpo de las letras y que nos conformamos con solo leer, es lamentable cuando nos encontramos con uno de estos casos. Comenzamos con mucho interés una obra de uno de nuestros escritores favoritos y, oh sorpresa, no tiene nada de lo que nos esperábamos. Todo escritor tiene un estilo propio que lo identifica, la descripción de lugares y situaciones, los diálogos, la personalidad de sus personajes, la manera de transmitir sus sentimientos. En fin como un pintor con su paleta, la manera de ponerle color y vida a la historia. Cuando algo de eso falta nos sentimos un poco engañados. Pero herrar es humano y perdonar es tarea de todos y no solo de Dios. Quizás Ud. es como yo, un lector compulsivo y recurrente y como tal se ha encontrado con alguna novela de alguno de sus autores preferidos que le ha dejado un mal sabor en la boca, pero como recuerda tantas otras buenas, no le da mayor importancia y no lo pasa para la categoría de los “malos”. ¿Pero que pasa cuando alguien se encuentra por primera vez con un libro de un autor que no le agradó? Lo más probable es que no repita a ese escritor y en esa especie de publicidad underground del boca a boca donde lo negativo es mucho más repetido que lo positivo, dirá que no es nada recomendable. Es probable que se haya encontrado con esos bajones del arte literario y que quizás se este perdiendo todo lo bueno que si escribió ese autor. Mi recomendación es que, si alguien publicó mucho, algún atractivo ha de tener.
Rincón de la Poesía
Mi vida sin ataduras.
Mi cabeza llena de ideas
que vuelco en mis poemas
que de mis sentimientos
son tristes reflejos.
Sentimientos guardados
bajo siete llaves
en escondidos cajones.
Ambiciones olvidadas
cuando no descartadas
y las necesidades ignoradas.
Soñadoras fantasías
a cambio de grandes realizaciones.
Calladas soledades.
Mirar en silencio.
Pensar en voz alta,
sin ruidos vacíos.
Dientes apretados,
sin darle importancia.
Al rato una risa aflora
y me alivia.
Y así va pasando,
de a ratos mi vida.
Dan Brown. Nueva Inglaterra 1964. Creció en medio de religión y ciencia. Profesor de inglés. En 1966 escribe su primer novela La fortaleza digital. Autor de Ángeles y demonios, y El código Da Vinci que lo llevó a la fama.
Arturo Pérez-Reverte. Cartagena 1951. Reportero de guerra durante 21 años. Cubrió conflictos en Chipre, Líbano, Eritrea, El Salvador, Nicaragua, Chad, Libia, Mozambique, Angola y muchos más. Autor de La Tabla de Flandes, Territorio Comanche, El pintor de batallas, El oro del Rey.
Carlos Ruiz Zafón. Barcelona 1964. Estudió con los jesuitas y después se dedica a la publicidad. Se traslada a Los Ángeles donde trabaja como guionista. Sus comienzos literarios están dirigidos a un público juvenil. Autor de El Príncipe de la niebla, Las luces de septiembre.