jueves. 15.05.2025

Este lunes Lanzarote se despertó con la sobrecogedora noticia de la historia del derrumbe de una vivienda en el número 56 de la calle Agustín Espinosa de Arrecife. Siendo como era una auténtica desgracia, finalmente no tuvo que hablar de tragedia, puesto que la prudencia del padre de la familia que vivía dentro, Arbey Ospinar, salvó la vida de las personas que podrían haber quedado sepultadas bajo los escombros.

Como magníficamente adelantó nuestra compañera Laura Ramírez en el relato que publicó en la edición digital, www.cronicasdelanzarote.es, la familia Ospinar vio el pasado jueves por la noche cómo su casa se venía abajo repentinamente y antes de que pudiesen llegar los servicios de asistencia a los que habían avisado. Cuando los bomberos acudieron, ya nada se pudo hacer por el inmueble, que se había desplomado por completo. Como decimos, gracias a la prudencia de los habitantes de la casa no hubo que lamentar daños personales, ya que, tras observar las grietas que se abrían en las paredes durante la tarde, desalojaron la vivienda. Ahora, Arbey Ospinar, Nelsy Sánchez y sus tres hijos de 13, 15 y 17 años, se alojan en el Hotel Lancelot a la espera de que se les facilite una nueva vivienda y que se determinen cuáles fueron las causas de este incidente.

Por ahora, y mientras los técnicos de la Concejalía de Servicios Sociales se encuentran realizando un informe para estudiar el caso, las primeras hipótesis lanzadas por el propio Ayuntamiento apuntan a que la causa podría estar en las excavaciones que se ejecutaban en un solar colindante y que podrían haber afectado a los cimientos de la edificación desmoronada.

Esa es la hipótesis oficial que este diario tiene que dar como buena, y no sería extraño que finalmente fuera así. Llevamos mucho tiempo avisando de la increíble proliferación de obras que se está produciendo en Arrecife. Los problemas que encuentra el sector de la construcción para desarrollar proyectos en otros rincones de la Isla ha obligado a la mayoría de las empresas a centrar sus esfuerzos en la capital, lo que en ningún caso es censurable. Lo que sí que es censurable es que algunas obras no se estén realizando con las medidas de seguridad oportunas, no se estén ejecutando con un control riguroso que evite este tipo de incidentes.

Nos referimos a este asunto cuando se iniciaron las obras del barrio de La Destila, donde sus vecinos se vieron afectados de la noche a la mañana por los ruidos y los trastornos que generaban cuatro o cinco obras que se estaban ejecutando a la vez, en lo que parecía un verdadero triángulo de las Bermudas de las obras. En esa ocasión algunos vecinos se quejaron de la aparición de grietas en las fachadas de sus viviendas, y el asunto quedó ahí.

Está claro que las casas de Lanzarote no se han construido con los materiales más resistentes del mundo. Eso no quiere decir que cualquier movimiento de tierra bien planificado provoque desgracias como la que hemos relatado. Por eso se hace más que necesario que el Ayuntamiento capitalino, que sabemos que anda corto de recursos humanos para vigilar todo lo que se está construyendo, ponga algo de orden y supervise especialmente el inicio de las obras, los movimientos de tierra. Así se darán cuenta de que hay algunas obras que ni siquiera deberían comenzar.

Dicho esto, también hay que aplaudir la rápida intervención de la Concejalía de Servicios Sociales que dirige Lolina Curbelo, que ha sabido dar una solución al tremendo problema que se le originó de la noche a la mañana a esta familia.

Una desgracia que pone de manifiesto un grave problema
Comentarios