jueves. 15.05.2025

Al cierre de nuestra edición de fin de semana de hoy hemos recibido numerosas quejas de ciudadanos de Arrecife que llevan un par de días sin agua, la mayoría de ellos de distintas zonas del populoso barrio de San Francisco Javier.

En este diario tenemos por costumbre comprobar todos y cada uno de los frentes de la noticia, de ahí que tengamos que dejar el tema pendiente para el próximo lunes con la promesa hecha a los vecinos de que averiguaremos todo lo ocurrido.

De momento les podemos decir, porque hemos hablado con técnicos de la empresa, que los primeros sorprendidos por los cortes de agua fueron ellos. De hecho, sabemos que el consejero delegado de Insular de Aguas de Lanzarote (INALSA), Mario Pérez, se puso manos a la obra para tratar de ver lo que estaba sucediendo.

El caso es que se han seguido produciendo las quejas, y la avería no termina de arreglarse del todo, lo que ha hecho que en algunos casos hayamos tenido incluso que pedir cierta moderación en el lenguaje a los afectados, entendiendo como entendemos que no es de recibo ni agradable estar varios días sin agua.

Los desajustes de Binter

Cualquier empresa pública o privada está sujeta al error. Todos nos equivocamos, y no sucede nada si lo admitimos sin más. Lo malo es cuando uno comete errores constantes y encima no quiere admitirlos. Es lo que ha sucedido este viernes con la compañía aérea Binter, que fue la responsable del monumental enfado que tenían cientos de viajeros que se acercaron hasta la T2 para realizar los caros y lentos viajes interinsulares.

Como muestra este periódico en la información que ilustra una de sus primeras páginas, la rotura de un aparato desencadenó en un cúmulo de retrasos impropio de una compañía que prácticamente monopoliza un servicio tan esencial para los ciudadanos de las Islas como es el del avión.

Lo curioso es que con nuestra compañera Laura Ramírez llamando a todos los teléfonos oficiales, con redactor y fotógrafo desplazados hasta la terminal, la compañía seguía manteniendo que no sucedía nada, cuando los testimonios de los enfadados clientes se solapaban unos encima de otros.

El gesto más impactante lo protagonizó un buen amigo de esta casa, el portavoz del Partido Nacionalista de Lanzarote (PNL), Miguel Ángel Remedios, que rompió el vale que les había dado Binter en teórica compensación por el desmadre que había ocasionado.

Lo que tendría que hacer esta compañía de supuesta y teórica vinculación canaria es preocuparse un poco más por el servicio que presta, que en estos momentos deja mucho que desear. Y no lo decimos sólo por los desorbitados precios, a los que se supone que se aplica la subvención que reciben por transportar residentes del Archipiélago, lo decimos por su impuntualidad y por el trato que dispensa a Lanzarote, la tercera isla de Canarias en número de habitantes y en potencial económico y la peor conectada tanto por mar como por aire.

Nos solidarizamos con todos los pasajeros que sufrieron en sus carnes la mala política de la compañía, y les animamos a que sigan reclamando sus derechos, que los tienen.

Sin agua en varios puntos de Arrecife
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