jueves. 15.05.2025

Es cierto que muchos vecinos se quejan, con razón, de que a los políticos parece que en estos días les da una especie de fiebre inauguradora, de tal manera que se ponen a inaugurar todo tipo de obras. También es cierto que hay obras que merece la pena inaugurar y otras que no. Un ejemplo de lo útil está siendo, según nos comentan los conductores que transitan por la zona, el nuevo carril de salida de Costa Teguise que evita el peligroso cruce de Los Mármoles; una obra tremendamente sencilla que se podría haber hecho antes pero que sin embargo hay que aplaudir por su practicidad. Sin embargo, la gran obra del actual mandato, al menos desde el punto de vista funcional y político, es el nuevo edificio del Cabildo insular.

Este lunes se inauguraba como merecía la ocasión la segunda fase de un proyecto que se dejó a medio hacer como se dejan a medio hacer casi todas las cosas en Lanzarote, por un poco de desidia política y un mucho de mala gestión económica. A pesar de ello, en este complicado mandato, en el que nada menos que siete personas han ocupado en diferentes ocasiones y en diferentes circunstancias el sillón presidencial de la Primera Corporación insular, se ha conseguido darle salida a la obra.

Importa ahora bien poco que se haya inaugurado a las puertas del inicio de la campaña electoral. Lo que importa es que se haya inaugurado, que el Cabildo esté completo, tenga buenos aparcamientos y tenga sobre todo a su personal concentrado en un solo lugar, y no difuminado por la ciudad como lo tenía ahora, con costosos locales que había que pagar todos los meses con el dinero de todos los contribuyentes.

Se trata sin duda alguna de una gran obra, que hace justicia al resto del edificio, un edificio que ya sabemos que no es del gusto de todo el mundo, especialmente por su fachada, pero que por dentro reúne las condiciones necesarias para que la gente que trabaja allí lo pueda hacer de forma cómoda y digna.

Como no podía ser de otro modo, para inaugurar sus tres plantas y sus 120 plazas de aparcamiento no faltó nadie: empezando por el presidente del Gobierno regional que más veces ha visitado Lanzarote de forma oficial y extraoficial, Adán Martín, siguiendo por una sonriente y contenta presidenta del Cabildo de Lanzarote, Inés Rojas, pasando por la alcaldesa de la ciudad en la que se ubica, Inés Rojas, y un sinfín de autoridades. Por estar, estuvieron hasta varios ex presidentes, como es el caso del decano de la prensa insular, Agustín Acosta Cruz. Curiosamente, y a pesar de que los socialistas se negaron a ir alegando que se trataba de un acto electoralista, también estuvo su candidato a la Alcaldía de Arrecife, Enrique Pérez Parrilla. No estuvieron tampoco los representantes del Partido Popular (PP), pero sí estuvieron los distintos trabajadores del Cabildo metidos en estos momentos en diferentes conflictos laborales, de los que nos tendremos que seguir ocupando en posteriores ediciones y de forma pormenorizada.

La razón por la que se decidió crear una nueva fase del Cabildo fue por la actual circunstancia de “dispersión” por la que pasa la Primera Institución insular, ya que hay alquiladas muchas dependencias a lo largo de toda la capital de Arrecife con lo cual el Cabildo paga mensualmente mucho dinero.

Las consejerías que se pretenden instalar en el nuevo edificio son Patrimonio, PIOT y Medioambiente, Educación y Cultura, Nuevas Tecnologías, Juventud y Deporte, Transporte, Caza y Pesca, Empleo y Asuntos Sociales (se está estudiando) y Gabinete de Presidencia y Radio Insular puede que se acaba situando en el sótano (está situada al lado de Toxicomanías). En cuanto a prensa, se pretende dotar de amplias y cómodas estancias a los medios. Al antiguo Cabildo se trasladarán el Patronato de Turismo, la Ciudad Deportiva, Servicios Sociales tiene su propio edificio y el EPEL. La Consejería de Agricultura seguirá prestando sus servicios en la Granja y Sanidad seguirá en el hospital. También se habilitará una oficina de Atención al Ciudadano donde el personal se va a preparar para atender prácticamente los servicios que reclame la gente.

Es sin duda una gran obra, una obra que pertenece a todos los ciudadanos, que todos los ciudadanos deben usar. Por eso debería estar libre de politizaciones. De unos y de otros.

La sede completa del Cabildo
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