jueves. 15.05.2025

No sabemos el tiempo que el equipo de trabajo de esta redacción lleva denunciando los muchos problemas que se plantean en el pueblo de Soo, donde es sabido que las cabras, que deben andar sueltas en la mayoría de las ocasiones por la falta de corrales, causan todo tipo de problemas a los vecinos.

La respuesta que se ha dado siempre a esta cuestión ha sido la misma, que no se pueden hacer los corrales porque para ello sería necesario modificar el Plan Insular de Ordenación del Territorio (PIOT). Es, como sucede con los cuartos de aperos y con otras cuestiones que únicamente afectan al sector primario, una forma de justificar que no se quiera hacer nada. Está tan centrada la política local y regional en los asuntos teóricamente más gordos, en los que afectan a las construcciones turísticas y residenciales principalmente, que se ha dejado absolutamente olvidado al campo y a la poca gente que todavía vive de él y en él. Va siendo hora ya de que los políticos empiecen a actuar en este importante tema. Es un buen momento ahora que todos se llenan la boca con múltiples problemas, y es un buen momento sobre todo de que entren de lleno a buscarle una solución al problema de las cabras.

En nuestra presente edición son los propios vecinos de Soo los que denuncian que se están detectando alergias en los niños como consecuencia del hedor que desprenden las cabras y como consecuencia también de los múltiples bichitos que los pobres animales llevan encima y dejan a su paso con los excrementos. Los cinco ganaderos, que llevan tiempo reivindicando ser trasladados a Montaña Mosta y que poseen más de 500 cabezas de ganado, son los primeros perjudicados por esta situación, ya que la tardanza en hacerles entrega de los terrenos en las afueras de esta localidad también les afecta.

Son los ganaderos, como hemos mantenido aquí, los que denuncian que el Cabildo y el Ayuntamiento de Teguise llevan años retardando la entrega a la espera de tramitación burocrática.

Parece, porque hay que contarlo todo, que se está intentando darle un empujón al asunto, aunque se vuelven a repetir una vez más las excusas de siempre. De hecho, como cita nuestra compañera Erika Curbelo en su artículo, fuentes del Ayuntamiento de Teguise afirman que lo lento de la entrega de los terrenos se debe a la espera por la calificación territorial y por la calificación de impacto medioambiental, pasos previos y necesarios para poder tener la autorización y comenzar las obras. Entienden que es el Cabildo es el que ostenta ahora la responsabilidad. Pero ahí no acaba la cosa, porque desde el Cabildo también echan balones fuera. Así, el consejero de Agricultura y Ganadería, Higinio Hernández, dice que “no es una competencia ahora mismo del Área de Agricultura porque es una competencia municipal”, garantizando que “el proyecto de impacto tiene que hacerlo la Viceconsejería de Medio Ambiente y no el propio Cabildo, por eso se ha retrasado un poco pero el tema va encaminado”.

Sea como sea, el caso es que seguimos teniendo la casa sin barrer, y el problema de las cabras de Soo sin resolver. Parece que a nuestros políticos, siendo como es un núcleo pequeño de población, no les preocupan los problemas que puedan tener los vecinos del lugar, en especial los más pequeños.

El problema de Soo, todo sigue igual
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