jueves. 05.06.2025

Los empresarios de la Isla, a través de la Cámara de Comercio, se han movido esta vez para intentar solucionar un problema que afecta gravemente a los lanzaroteños, el del transporte marítimo y la llegada de mercancías, especialmente las perecederas.

También esta vez se han movido los políticos de Lanzarote y Fuerteventura, los representantes de sus dos instituciones insulares. De hecho, tal y como adelantaba este diario en su edición digital, www.cronicasdelanzarote.es, el abastecimiento de alimentos en la Isla podría resolverse en los próximos días si las negociaciones de los empresarios e instituciones de Lanzarote con la naviera Suardíaz llegan a buen término. Los responsables de la compañía aseguraron este viernes que el proyecto es “técnicamente viable”, tras dos horas y media de conversaciones con representantes de los cabildos de Lanzarote y de Fuerteventura, y de las cámaras de comercio de ambas islas. Se baraja la posibilidad de que un barco de la naviera realice el recorrido Cádiz-Lanzarote-Fuerteventura durante el fin de semana, de forma que los alimentos lleguen a la Isla el lunes o el martes para garantizar la calidad y la frescura de los productos. No hubo acuerdo, pero sí un acercamiento positivo, dijeron los interlocutores. En palabras de la presidenta del Cabildo de Lanzarote, Inés Rojas, fue una “reunión histórica”.

Se trata sin duda alguna de una magnífica noticia, que hay que tomarla con la cautela que el caso merece. En estos momentos, teniendo en cuenta la situación, era la única solución que se podía encontrar para la falta de sensibilidad de Trasmediterránea.

Lanzarote por tradición ha sido la isla de las limosnas, un lugar que jamás ha recibido ni una décima parte de lo que ha dado, que siempre tiene que ir mendigando para que atiendan sus necesidades más básicas. Tenemos un ejemplo claro, la historia de la doble insularidad, de la carestía de la cesta de la compra y de la retirada de las rutas que permiten entre otras cosas que lleguen a nuestras tiendas los productos perecederos.

En su día la presidenta del Cabildo de Lanzarote, Inés Rojas, ya tildó de “clarificadora” la reunión sostenida en Madrid con Trasmediterránea, revelando que la naviera mantendría “provisionalmente” los itinerarios que actualmente operan tanto en las rutas interinsulares como los de la Península. Es decir, Lanzarote se quedaba con las rutas que tiene, aunque un barco que está previsto que haga rutas interinsulares podría tapar, en dos meses (ahora tendría que ser ya), el hueco dejado por el Superfast Galicia, que hacía dos veces por semana la ruta Las Palmas-Arrecife. Del mismo modo, el barco procedente de Cádiz continuaría llegando a Lanzarote los miércoles, como hasta ahora.

Aunque hay que valorar el esfuerzo realizado por las autoridades de las dos islas afectadas -las de siempre, Lanzarote y Fuerteventura-, hay que reconocer que las concesiones que realizó entonces y que sigue realizando ahora la antigua empresa pública son justas y limitadas. Vamos, que Trasmediterránea tampoco va a realizar ningún tipo de esfuerzo que suponga una merma en lo que suponemos que son unos enormes beneficios teniendo en cuenta que prácticamente no tiene competencia. Por eso es tan importante que entre en juego esta nueva naviera. Cuanta más competencia haya, mucho mejor para todos, sobre todo para los bolsillos de los ciudadanos. Nos pasó con la llegada de Islas Airways, que terminó con el monopolio de Binter en el transporte aéreo, y nos puede pasar ahora.

Oxígeno para el transporte
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