¿Es en estos momentos Lanzarote una isla segura? Si atendemos estrictamente a las noticias que un día sí y otro también tenemos la obligación de publicar en este diario, la respuesta es no. Sin embargo, abordando un tema de tanta importancia hay que hacer un análisis sereno y sosegado, sin extremismos y sin exageraciones. Lanzarote en general es una isla segura, pero cada vez menos. El crecimiento poblacional que ha experimentado en los últimos años y el cambio de costumbres introducido en una sociedad tradicionalmente tranquila y pacífica han provocado una mutación en este sentido.
Sin ir más lejos, en la presente edición tenemos que informar de que la Policía Nacional recibió el pasado lunes 5 de marzo una denuncia en la Comisaría emitida por parte de una joven de 17 años y de origen argentino, quien aseguró que horas antes había sido víctima de una violación por parte de un joven de origen marroquí en las inmediaciones del Charco San Ginés. La Policía Nacional busca desde entonces a un joven de origen marroquí y que, de acuerdo a la descripción aportada por la denunciante, lucía un número 9 tatuado en su hombro izquierdo, además de alguna otra marca en una de sus piernas.
Desgraciadamente, no es un caso aislado. Por otro lado, fuentes policiales informaron de que a finales de la pasada semana se produjo una nueva agresión sexual, esta vez en el municipio de Haría. Cuando la Policía Nacional recabó dicha información sospechó que el autor podía ser el mismo que protagonizó los hechos narrados en la denuncia registrada en Arrecife. Sin embargo, el presunto autor de esta otra violación al parecer ya ha sido detenido y puesto a disposición judicial, pero sus rasgos no coinciden en absoluto con los aportados por la joven de 17 años.
Esta semana, además, la Audiencia Provincial de Las Palmas va a juzgar otros casos similares, a los que hay que sumar el tráfico de drogas y otros delitos que por desgracia se siguen produciendo. De hecho, como se ha dicho en infinidad de ocasiones, no hay un delito tipificado y recogido en el Código Penal que no se haya cometido en la Isla.
Es curioso, porque la percepción ciudadana y las cifras caminan por lugares totalmente distintos. De hecho, el número de delitos y faltas cometidos en la capital lanzaroteña en el último año se redujeron un 18,53% respecto a 2005. En cifras absolutas se pasó de 3.256 denuncias presentadas ante la Comisaría Nacional de Policía en 2005 a las 2.913 registradas en el año que acaba de terminar. La reducción fue superior en las faltas con una diferencia de 219 en un año frente a una reducción de 204 delitos.
Aunque desde la marcha de Raimundo Villanueva la información emanada de la comisaría de Arrecife ha descendido más que notablemente -ahora es nula-, lo cierto es que los datos que se dieron como oficiales ya se habían transmitido a este medio por otras fuentes. Parece que hay que estar esperanzados ante una situación que hace unos años se planteaba ciertamente compleja, pero insistimos que la realidad, al menos la realidad que muchos ciudadanos perciben, difiere bastante.
Arrecife sigue siendo una ciudad en constante expansión que arrastra numerosas carencias en materia de seguridad, que necesita de grandes e importantes mejoras en este campo.
Por eso no es extraño que el jefe de la Policía Local de Arrecife, José Antonio Lasso Tabares, dijera en declaraciones realizadas al programa “El Despertador” de Lanzarote Radio que necesitan incrementar sus efectivos, que la demanda de vigilancia en la capital cada día es mayor y ascendente el número de vehículos circulando que exigen intensificar los controles. No obstante, la plantilla en servicio de este Cuerpo de Seguridad no alcanza a responder a todas las necesidades de la capital. La plantilla de la Policía Local la conforman 72 personas, incluidos los mandos. Sin embargo, no es el número de efectivos que a diario está en la calle, ya que algunos están de baja, otros en excedencia y también los hay, que por su edad, desarrollan otras actividades que no son de vigilancia, pero igualmente necesarias. En definitiva, alrededor de 50 policías son los que realmente están operativos, lo que significa una de las cifras más bajas de todo el país en proporción al territorio y a los habitantes que se vigilan.
Lasso Tabares estima que haría falta como poco el doble de agentes, unos 140, y creemos que incluso se queda corto. La población real de Arrecife supera de largo los ratios que se manejan para la distribución de agentes, y a eso hay que sumar no sólo los visitantes sino los residentes irregulares, aquellos que o no están empadronados o están viviendo de forma ilegal en la capital.
Tanto el Ayuntamiento capitalino como el Gobierno canario y el Gobierno central tienen que hacer un esfuerzo para seguir dotando de seguridad a la capital lanzaroteña, un lugar que por unas razones u otras termina siempre estando dejado de la mano de Dios. Haremos hincapié en esta cuestión las veces que sea necesario.