Poca gente se imaginaría cuánta razón tenían los representantes del Partido Socialista Canario (PSC) y de Alternativa Ciudadana (AC-25M) cuando decían al comienzo de la legislatura, cuando ambas formaciones estaban en la oposición del Cabildo, que el Plan Territorial Especial era un documento fundamental para el desarrollo de la Isla y que iba a dar mucho que hablar.
Desde luego, está dando mucho de que hablar y mucho sobre lo que escribir. De hecho, en la breve pero intensa historia de este diario ya se han tenido que dedicar algunos editoriales a analizar las noticias que giran en torno a este vital documento.
Después de todo lo dicho y escrito, se puede llegar a una clara conclusión: el Plan Territorial está siendo mal gestionado, mal administrado. Si no fuera así, de momento se habrían evitado los agrios enfrentamientos que se están produciendo no sólo entre los representantes del grupo de gobierno y de la oposición sino entre los propios integrantes del grupo de gobierno -Asamblea por Lanzarote (APL) y Coalición Canaria (CC) contra el PSC y su consejero Carlos Espino-, que mantienen posturas totalmente distintas en las formas y los modos de sacar adelante este asunto. De momento sabemos que la mayoría de la población que todavía se preocupa de estas cosas (muchos ciudadanos, por fortuna) no ha digerido muy bien el debate sobre la inclusión o no de la oferta complementaria de ocio. Sobre todo después de comprobar que durante varias semanas esta oferta complementaria se negaba como Pedro negó a Cristo antes de que le crucificaran, para luego, por arte de no se sabe qué, aparecer en el documento.
Los socialistas no querían ni oír hablar de este asunto, y pretendían que el texto, un “tocho” impresionante, se aprobara en los términos en los que lo ha redactado el equipo que coordina el urbanista Fernando Prats. Por suerte para los que abogan por el diálogo en este tipo de actos, al final se impuso la tesis defendida por la mayoría del grupo de gobierno del Cabildo y por su presidenta, Inés Rojas, para que se produjera un diálogo fluido con los agentes sociales implicados en el tema y con los ayuntamientos, lo que retrasó su aprobación.
Ahora parece que los socialistas, que se habían empeñado hasta extremos insospechados en sacar adelante este asunto, siguen advirtiendo a sus socios con la urgencia del tema, con sacarlo adelante lo antes posible a riesgo de que se resquebraje su actual acuerdo antes de lo debido. Sin embargo, parece que se sigue sin contar demasiado con los ayuntamientos.
Para muestra un botón, el mismo que ya se descosió hace meses. De hecho, sigue existiendo, como ya adelantó esta semana en Lanzarote Radio Jesús Machín, un enfado monumental entre los alcaldes de Tinajo, Teguise, Yaiza y San Bartolomé por la injustificada ausencia de los técnicos del Área de Política Territorial y Medio Ambiente de las reuniones que se han celebrado para hablar sobre el Plan Especial de La Geria. De hecho, si se cumple lo que adelantó en primicia Machín en el programa “El Despertador” de Lanzarote Radio, es más que probable que Inés Rojas tenga ya sobre su mesa una queja formal al respecto. La queja, aunque habla de los técnicos, tiene como indiscutible protagonista al consejero de Política Territorial. Carlos Espino ha conseguido en muy poco tiempo batir todos los registros que existían sobre la forma de crearse enemigos en política. No sabemos si se trata de una táctica política diseñada por su partido o si le ha salido de casualidad. Lo que sí que sabemos es que su comportamiento de los últimos meses no está gustando a muchos representantes públicos, sobre todo a los alcaldes. Esta circunstancia ya la ha podido comprobar su compañero de Tías, José Juan Cruz Saavedra, quien ha escuchado de todo en las reuniones a las que ha tenido que asistir.
También está claro que a Carlos Espino, como ha sostenido en varias ocasiones, no le importa caer antipático. Lo que le importa es sacar adelante los objetivos que se ha marcado, aunque se le acuse de poco demócrata, como hizo este lunes el portavoz de Alternativa en el Cabildo, Pedro Hernández, por su supuesta intervención para suspender un interesante debate sobre el territorio.
La situación se va a ir tensando con los días. Si no, esperen a que se terminen las jornadas sobre la Reserva de la Biosfera que se han estado celebrando estos días en Lanzarote y se darán cuenta de la situación real del tema.
En cuanto a la desclasificación de las camas turísticas se refiere, que es uno de los pilares básicos del asunto de la contención, el Cabildo dice que no se plantea riesgo en cuanto a los planes parciales, existiendo únicamente una duda en lo que respecta al Plan Parcial Playa Blanca, para el cual se propusieron durante el encuentro alternativas contempladas por la ley que evitarían así el riesgo.
Por una vez y esperemos que sin que sirva de precedente Lanzarote no está siendo la punta de lanza de la ordenación territorial, ni siquiera la punta de lanza de la lucha por la contención del crecimiento. Poco a poco habrá que ir analizando de quién o de quiénes es la culpa.