lunes. 12.05.2025

Jesús Caldera es el ministro que aparece y desaparece como el Guadiana. No cabe duda de que a lo largo de los últimos años ha sido uno de los ministros socialistas (y han sido varios los que han pasado por este mismo trance) de los que no se ha sabido prácticamente nada. Hasta los medios de comunicación más afines al Gobierno se han quejado del exceso de protagonismo del presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Nada más cierto, puesto que si se hiciera una encuesta entre la población preguntando el nombre de todos los miembros del Consejo de Ministros tal vez la media acertaría a pronunciar cuatro o cinco nombres. Y Jesús Caldera, que fue uno de los artífices de que ZP -ahora sólo Z- llegara a la presidencia del Gobierno, ha pasado absolutamente desapercibido. Hasta ahora, hasta este tramo final de la legislatura, que aparece como aparecen los ojos del Guadiana. Y lo hace a lo grande, entrando de lleno en conflictos graves como el de la inmigración irregular, enfrentándose de forma enconada con el Gobierno de Canarias y con la lanzaroteño Inés Rojas a cuenta del reparto de los menores y obviando que en España vuelve a haber más de dos millones de desempleados.

Pero la última ha sido la mejor. Qué mejor que hablar en la precampaña en la que estamos ya metidos que de pensiones. Claro, muchos analistas políticos podrían pensar que esto estaría bien si el ministro en cuestión prometiera un aumento del dinero que cobran los pensionistas y una reducción del tiempo mínimo para la jubilación, lo más normal en un Gobierno socialista. Nada más lejos de la realidad; el ministro de Trabajo anunció este miércoles la aprobación de una ley “en los próximos días” que establecerá el incremento paulatino de la pensión de jubilación hasta un máximo del 15% durante cinco años para aquellos que deseen prolongar su vida laboral más allá de los 65 años. Es decir, que se pagará más a aquellos que consigan llegar a los 70 años trabajando, mucho más a aquellos que lleguen a los 100. Como parece que no son suficientes los años cotizados cuando se alcanzan los 65, como además ahora la esperanza de vida se ha alargado y el envejecimiento de la población española es más que evidente, a Caldera sólo se le ha ocurrido buscar una fórmula intermedia, imaginamos que inspirada por el agobiado Pedro Solbes, que no sabe cómo cuadrar las cuentas del Estado con tanta promesa electoral a las madres lactantes y a los jóvenes que buscan piso.

El Proyecto de Ley de Medidas en Materia de Seguridad Social, que está en trámite parlamentario y que se prevé que se apruebe en el Senado en los próximos días, contempla que una persona pueda ver incrementada su pensión en un 3% por cada año que trabaje hasta alcanzar los 70 años, cuando este aumento será de un 15%. La normativa también otorgará ventajas a los empresarios. Según ha indicado Caldera en su intervención durante la Conferencia ministerial sobre Envejecimiento de la Región Europea de la ONU, las empresas no tendrán que cotizar a la Seguridad Social por estos mayores que se jubilen después de los 65 años, siempre que lo hagan de “forma voluntaria” y si están en condiciones para trabajar. Hombre, sólo faltaba que a estas personas se las obligara a trabajar y encima lo hicieran con evidentes mermas físicas.

Caldera, que insistimos en que últimamente está sembrado, ha explicado que la edad media de jubilación en España está subiendo y “ya hay personas que están esperando a acogerse a esta medida”, establecida gracias a un acuerdo alcanzado entre empresarios y sindicatos. “Esta normativa dará una buena perspectiva de futuro para el mantenimiento de la Seguridad Social”, dijo. Pues habrá que verlo. De momento parece una propuesta poco electoralista. Insistimos, a los socialistas les habría ido mejor si hubieran prometido un buen incremento de lo que cobran los mayores, que hoy por hoy sigue siendo en la mayoría de los casos una auténtica miseria.

El ministro Guadiana
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