jueves. 15.05.2025

Juan Fernando López Aguilar anunció el pasado viernes durante su multitudinaria y seguida visita al pabellón de Canarias en la Feria Internacional de Turismo (FITUR) de Madrid que a mediados de mes dejaría de ser ministro de Justicia. Lo hacía por el clamor que existe en la clase política de las Islas y en parte de la ciudadanía por lo poco ético que resulta compatibilizar un cargo de esta importancia en el Gobierno central con su legítima aspiración a ser candidato del Partido Socialista Canario (PSC) a la presidencia del Ejecutivo regional que de momento ostenta el nacionalista Adán Martín.

Bien, parece ser que esta vez la cosa va en serio. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha decidido nombrar al ex fiscal jefe de Madrid, Mariano Fernández Bermejo, nuevo ministro de Justicia.

Parece ser que López Aguilar va a adelantar su salida del Ejecutivo, puesto que se podría concretar en la reunión del Consejo de Ministros de este viernes, una circunstancia de la que en este medio nos alegramos. Con la que está cayendo, con la cantidad de detenciones que se han producido en Canarias en los últimos meses -casualmente todas vinculadas con políticos del Partido Popular (PP)- se hacía necesario, prácticamente imprescindible, que el político grancanario no diera pie a más comentarios y abandonara su cargo.

Esto no quiere decir ni mucho menos que en este diario pensemos que su cargo como ministro de Justicia tenía algo que ver con las detenciones, mucho menos que estuviera aprovechando la cobertura del puesto para adelantar la campaña que ahora suponemos que hará en todas las islas. Sin embargo, sí tenemos claro que la mujer del César no sólo tiene que ser honesta, sino parecerlo. Y su vuelta a Canarias va a servir para que de una vez por todas se destierre esa sensación que algunos intentaban impregnar en la conciencia de la mayoría de los canarios.

El presidente, según difundieron este miércoles las agencias de prensa, llegó a la conclusión de que era necesario “dar un mensaje de autoridad” con el nombramiento de una personalidad procedente del ámbito judicial. Rodríguez Zapatero venía sopesando desde hace varios meses el nombre de la persona que sustituirá a Juan Fernando López Aguilar. En un principio, se inclinaba por un nombramiento de continuidad. Esto suponía elegir para el cargo a una persona del equipo de López Aguiler en Justicia. Al mismo tiempo, el presidente quería a una mujer para esa posición. Quien reunía ambas condiciones era Pilar Blanco, directora de Registros del Ministerio de Justicia. El presidente coqueteó con el nombramiento de Blanco durante varios meses. Con todo, el hecho de que la Justicia se ha ido convirtiendo de manera evidente en uno de los principales campos de batalla políticos, sobre todo en relación con el llamado proceso de paz, llevó al presidente del Gobierno, antes del atentado de ETA el pasado 30-D, a cambiar de opinión. Tanto las sugerencias del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, como las del Fiscal General del Estado, Candido Conde-Pumpido, apuntaban a una personalidad del mundo de la justicia, una personalidad fuerte, según las fuentes consultadas. Por ello, el presidente del Gobierno analizó diferentes candidatos. Finalmente, hace ya algunos días se inclinó por nombrar a Marianio Fernández Bermejo, que actualmente es fiscal de la Sala de lo Contencioso en el Tribunal Supremo. Fernández Bermejo fue apartado de la Fiscalía de Madrid, donde desarrolló una actividad durante largos años, como parte de un plan de depuración de fiscales diseñado por el entonces ministro de Justicia del partido Popular, José María Michavila, y el fiscal general del Estado, Jesús Cardenal.

Lo curioso, es que en ningún momento se le ocurrió mirar de nuevo a Canarias, incumpliendo así su promesa de que tendría siempre a un ministro canario en su gabinete. Gente como el magistrado Arcadio Díaz Tejera se habrán quedado de piedra. Algunos como él esperaban que la designación tuviera algo que ver con las Islas. Una lástima.

El ministro deja de serlo
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