Existe un rumor que se ha extendido como la pólvora por los ambientes políticos sobre el tremendo daño que va a hacer a la imagen del Partido Popular (PP) el caso eólico, el concurso de adjudicación de parques eólicos en distintas islas que fue suspendido por la sospecha de que se había dado información privilegiada a empresarios que optaban al concurso. Y afecta seriamente al PP porque era una de sus consejerías, la de Industria, la que tramitó el procedimiento, y afecta al PP porque el hermano del presidente regional, Luis Soria, era el que supervisaba toda la operación.
Lo que se estima ahora es que el tema se va a resolver poco tiempo antes de que se celebren las elecciones, y que las perspectivas no son nada buenas. De hecho, lo que se intuía como un negocio importante al que concursaron incluso empresas públicas como Insular de Aguas de Lanzarote (INALSA), no es más que ahora que un tremendo lodazal, del que los ciudadanos parecen saber poco más que una mínima parte.
En la jornada de este miércoles, según difundieron las principales agencias de noticias, el responsable de Energías Renovables de Unelco-Endesa, Juan Linares, afirmó que era “extraño” que el concurso eólico primara la instalación de parques eólicos en suelo público cuando lo que importa es el viento y no la titularidad de los terrenos.
El responsable de Energías Renovables de Unelco-Endesa compareció este miércoles en la comisión parlamentaria que investiga el concurso eólico y señaló, a preguntas de la diputada del Partido Socialista Gloria Gutiérrez, que la mayor puntuación otorgada al suelo público “era conflictiva”. Además, Juan Linares detalló que de las 32 ofertas que presentó su empresa sólo dos eran en suelos públicos. El representante de Unelco-Endesa, en una comparecencia que no ha tenido desperdicio, indicó que no había un estudio suficientemente válido y contrastado sobre las zonas de viento en las Islas, y por ello, la empresa realizó un estudio en el que medía su intensidad y que no coincidía con los índices de potencial eólico que establecía las bases del concurso. Respecto a la tecnología y al tipo de aerogeneradores que se debían instalar en los nuevos parques eólicos, Linares señaló que su empresa se presentó con dos tipos de máquinas dependiendo de las zonas de vientos y, a preguntas de la diputada de Coalición Canaria Nuria Herrera, señaló que el tipo requerido era fabricado, además de por Enercon, por la empresa General Electric.
En respuesta al diputado del PP Manuel Fernández, en la parte tal vez que más se esperaba, Linares señaló que no tuvo constancia de unas empresas tuviesen información privilegiada sobre el concurso. “Todos estábamos en igualdad de condiciones”, destacó antes de recordar que se sorprendieron por las informaciones posteriores referidas al posible conocimiento que algunas empresas tuvieron antes de la convocatoria.
Que dijera esto el representante de Unelco no quiere decir ni mucho menos que la información privilegiada pueda haber existido. De hecho, para eso se abrió la comisión parlamentaria, para determinar el grado de implicación política que puede haber en los indicios bastante evidentes de que alguien jugó con ventaja, en un negocio que es absolutamente rentable, tal y como reconoció el propio representante de Unelco, quien citó como ejemplo de la rentabilidad que en un parque de una potencia de 10 megavatios se pueda obtener un 12,9% en un negocio de 20 años. No obstante, apuntó que es un negocio que hay que “conocer bien”, ya que, si bien puede resultar rentable, en caso de una equivocación sobre la previsión de producción diaria el error “se paga”. De todos modos, cuando hay tanto lío en torno a un asunto de estas características es normal que existan sospechas, y sobre todo es normal que se llegue hasta el fondo de la investigación.