En la presente edición este diario reproduce unas declaraciones realizadas por el alcalde de Tinajo, Jesús Machín, en el programa “El Despertador” de Lanzarote Radio, declaraciones en las que muestra su perplejidad después de que el Área de Política Territorial y Medio Ambiente que dirige el socialista Carlos Espino haya prohibido que se decoren los ventorrillos que se van a colocar en Mancha Blanca para celebrar la tradicional Romería de Los Dolores con hoja de palma. En concreto, Machín califica de inexplicable y de “desvergüenza” la actitud tomada por este departamento del Cabildo, afirmando que si se elimina la hoja de palma se eliminaría parte de la tradición. Medio en broma medio en serio dijo también que al final tendrán que hacer como en cualquier fiesta, cubrir de chapa los ventorrillos, una chapa que evidentemente no tiene nada que ver con la imagen que se quiere proyectar en la Romería.
El alcalde de Coalición Canaria (CC) últimamente no gana para sorpresas en esta materia vinculada con la supuesta protección de las cosas. Recientemente se topó también con el ataque primero de la asociación ecologista El Guincho por haber intentado ayudar al párroco de San Roque a rehabilitar la iglesia que se encuentra en un estado deplorable, cuestión que luego también asumió como propia el Área de Patrimonio, que en lugar de dedicarse a vigilar lo que tiene que vigilar, como la progresiva e incomprensible desaparición de pozos históricos en Haría, se dedica a estos menesteres.
El caso es que el departamento que dirige Carlos Espino podría tener razón si, como se dice, la palmera canaria está en serio peligro de extinción por factores como el estrés hídrico o el dichoso picudo rojo. No la tiene en el momento en el que se sabe que se está produciendo la tala y poda indiscriminada de palmeras en toda la Isla, no sabemos si con el consentimiento pero sí con la falta de actuación de este importante departamento. Y nos basamos simplemente en el testimonio de dos denunciantes que se han dirigido a este diario a lo largo de la semana y han aportado pruebas; en un caso, con la desaparición de dos palmeras históricas en Haría y en otro, el que hoy nos ocupa, con la aparición de palmeras quemadas en varios vertederos ilegales.
En lugar de estar actuando en contra del sentido común, mirando con lupa pequeñeces que en absoluto van a modificar el aspecto ni el futuro de esta tierra, Carlos Espino y su departamento deberían perseguir otras actuaciones mucho más graves. Nos referimos a las cuestiones que se reflejan en el magnífico reportaje realizado por Erika Curbelo y Dory Hernández sobre la proliferación de vertidos ilegales en todos y cada uno de los municipios que conforman Lanzarote. Desde perros muertos a ataúdes, pasando por electrodomésticos, vehículos de todos los tipos y colores, y, por supuesto, palmeras quemadas y arrojadas sin escrúpulos.
Es un asunto tan grave como este el que debería preocupar no sólo ya al departamento que dirige Carlos Espino, sino a todo el Cabildo, con su presidenta, Inés Rojas, a la cabeza. Sintiéndolo mucho a lo largo de este jueves publicaremos la noticia en nuestra edición digital, y serán muchas personas las que verán la otra realidad de Lanzarote desde distintos puntos del globo.
No es nuestra intención crear ningún tipo de alarma, pero sí poner de manifiesto la falta de interés que existe en la actualidad por preservar lo más importante que tenemos, que no es otra cosa que el territorio. No sirven excusas de ningún tipo, ni siquiera las relacionadas con el evidente aumento poblacional y el consiguiente aumento de la basura que se genera. Hay que tomar medidas, medidas contundentes, crear un plan de choque contra esta lacra que cada día que pasa es peor.