lunes. 12.05.2025

Hace tiempo venimos advirtiendo en este diario del tremendo cambio que se ha producido en nuestra sociedad de las eternas prisas con respecto a nuestros mayores, a las personas que en las culturas antiguas se veneraban, se cuidaban y se respetaban. Hoy en día no es así, aunque en la mayoría de los casos hay historias familiares detrás que deberían abordarse desde un punto de vista estrictamente personal. Sin embargo, los datos que se dieron a conocer este lunes son tremendos. “Tres de cada cinco mayores de las Islas viven bajo el umbral de la pobreza”. Ese es el titular, un titular que es insostenible, y que tiene que conducir a la reflexión.

La primera persona que tiene que reflexionar al respecto, y que sabemos que lo está haciendo porque nos lo ha confirmado, es la nueva consejera de Bienestar Social del Gobierno canario, la lanzaroteña Inés Rojas. Su departamento tiene que luchar contra esta terrible lacra, la que hace que tantos y tantos mayores vivan en unas condiciones absolutamente indignas. Sin embargo, es un problema que no afecta sólo a los mayores, que afecta a gran parte de la sociedad. Sigue resultando asombroso que en una Comunidad Autónoma como la nuestra, una de las que más ha crecido en los últimos años, se siga repartiendo tan mal la riqueza, y haya miles de familias que viven por debajo del umbral de la pobreza.

Pero ese es otro debate, que merecería de otro análisis. El de hoy tiene que ver con los mayores, que en Canarias se encuentran, mayoritariamente, en una situación de pobreza objetiva, si bien la extensión del apoyo de las familias y los servicios sociales contribuyen a mitigar los efectos de un bajo nivel de renta, aunque acentúa su nivel de dependencia, según se desprende de los últimos datos recogidos en el Informe Anual del CES. El Informa Anual del CES correspondiente al período 2006-2007 establece que el 59,5% de las personas mayores de 65 años que viven en Canarias se encuentran “objetivamente” en situaciones de ingresos que los colocan bajo la línea de la pobreza. Y es que el análisis de los datos recogidos en las Encuestas de Condiciones de Vida o la de Ingresos elaboradas por el Instituto de Estadística de Canarias revela que los indicadores de condiciones de vida en el Archipiélago (ingresos medios, salarios y pobreza relativa) se sitúan por debajo de la media nacional (24.1% frente al 19.9% de media del Estado). Los pobres en Canarias son, fundamentalmente, mayores y mujeres. Con respecto a los mayores, la pobreza es más severa en las féminas que en los varones, que es más importante cuanto más años tienen. Así, el 40% de las mujeres mayores de 70 años se encuentra por debajo del umbral de la pobreza, frente al 34% de los hombres en la misma situación. En general, las personas mayores de 65 años de edad representan al 32.6% de la población canaria que se encuentra bajo el umbral de la pobreza, es decir, con ingresos inferiores o iguales a 456.73 euros.

No hace falta avanzar mucho más en la información para darse cuenta de que hay que hacer algo, y ese algo tiene que pasar en primer lugar por políticas sociales más efectivas y en segundo lugar por una redistribución de la riqueza, lo que se tiene que hacer no sólo mejorando las pensiones de los mayores sino aumentando los salarios de los familiares que los tendrían que tener a su cargo.

De todos modos, lo de Canarias parece tener difícil solución en muchos aspectos. Con esto de que somos una Región Ultraperiférica (RUP) Canarias cuenta con todo tipo de desventajas. Y no nos estamos refiriendo ahora al acuciante problema de la inmigración irregular. Tampoco nos referimos a los problemas lógicos que se producen derivados de la lejanía. Nos referimos al hecho indudable de que como Comunidad Autónoma, como una de las diecisiete Comunidades Autónomas que conforman el Estado español, se encuentra a la cola en casi todas las estadísticas. Y es que, sin ir más lejos, los trabajadores canarios cobran de promedio un 16 por ciento menos que los trabajadores del conjunto del país, pese a que el coste laboral promedio por trabajador se situó en 282, 04 euros por debajo de la cifra nacional. Estos datos se unen al hecho de que Canarias tiene una de las cestas de la compra más caras del Estado, lo que, si además lo unimos al hecho de que contamos con los precios más elevados en las viviendas junto a comunidades como Madrid, Cataluña o País Vasco, dejan a los trabajadores en muy mala situación. Tanto es así que el nivel de vida de los canarios, la satisfacción con la que afrontan cada mes, está en estos momentos por los suelos, puesto que son muy pocos los ciudadanos que pasan holgados los treinta días entre paga y paga. Con estos datos, las soluciones son difíciles de hallar, aunque por lo menos hay que intentar encontrarlas.

Unas cifras intolerables
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