La gente cree tanto en las encuestas como en la existencia de vida en Marte. Por eso resulta extraño y singular que los medios de comunicación nos empeñemos en dar tanta cobertura a datos que en la mayoría de los casos no son nada creíbles. Mucho más, como ocurre por ejemplo con las encuestas sobre audiencias de los distintos medios, las muestras son tan ridículas.
Pero lo ocurrido esta semana raya el disparate más absoluto. Nos referimos a la encuesta que ha difundido el Centro de Investigaciones Sociológicas, el CIS, sobre la valoración que hacen los ciudadanos de las Islas de nuestros políticos. Casualmente -imaginamos con ingenuidad no probada que no hay manipulación política del sondeo, ni tiene nada que ver que los socialistas gobiernen en Madrid-, el único político del Archipiélago al que aprueban los ciudadanos consultados por el CIS es Juan Fernando López Aguilar. José Manuel Soria y sobre todo Paulino Rivero, qué casualidad, suspenden más allá de lo que cualquier estudiante malo se debería permitir.
El político socialista Juan Fernando López Aguilar (PSC-PSOE) aprueba con 5,06 puntos en valoración política por los electores, mientras que Paulino Rivero (CC) y José Manuel Soria (PP) suspenden, con una nota media de 4,61 y 4,35 puntos, respectivamente. Así lo refleja el CIS, insistimos, en una encuesta postelectoral sobre las pasadas elecciones autonómicas del 27 de mayo publicada este jueves.
Para los canarios encuestados, el principal problema del Archipiélago es la inmigración (57%), seguido del paro (37,9%), la sanidad (24,9%), la vivienda (23.1%) y las cuestiones de índole económica (15,6%). El sondeo se basa en 991 entrevistas realizadas en 49 municipios de Canarias entre el 1 de junio y el 1 de julio, y tiene un margen de error de más menos 3,17%.
Los principales líderes políticos canarios tiene una valoración desigual por los encuestados: el más conocido es Soria y el más desconocido Paulino Rivero. El líder del PP José Manuel Soria es valorado o conocido por el 79,7% de los encuestados y dice no conocerlo sólo el 9,1%.
A Juan Fernando López Aguilar lo valora el 72,3% y no lo conoce el 14,2%, mientras que a Paulino Rivero lo valora o conoce el 65,6% y dice que no lo conoce el 20,3%.
Conocidos los datos nos hacemos la siguiente pregunta: ¿qué sentido tiene esta encuesta, para qué sirve? Para nada, es evidente que para nada.
Lo más lógico y normal es que, una vez que han terminado las elecciones y que se ha conformado un pacto de gobierno entre nacionalistas y populares, se deje pasar un tiempo prudencial para que los ciudadanos tengan posibilidad de juzgar su labor al frente del Ejecutivo autonómico. Es imposible que alguien, por muy socialista que sea, pueda decir sin riesgo al error que Paulino Rivero y José Manuel Soria lo están haciendo muy mal. Todavía no han tenido tiempo de hacerlo ni bien ni mal. Como es imposible que alguien, por muy de CC o del PP que sea, pueda decir sin riesgo al error que Juan Fernando López Aguilar lo está haciendo muy mal como líder del único partido político que hay en la oposición en el Parlamento.
Por tanto, hay que entender que este tipo de encuestas están teledirigidas para crear un estado de opinión donde no debería haberlo, para provocar que los medios saquen titulares en los que se afirmen cosas que no pueden ser verdad. Es triste, pero este sistema se sigue utilizando, y lo peor es que se utilizan organismos públicos para hacerlo, lo que debería ser motivo suficiente de denuncia por los partidos afectados.